Cada vez es más habitual que los usuarios opten por comprar un portátil en lugar de un PC de sobremesa, a no ser que el uso que le vayan a dar sea el de jugar, ya que sale mucho más económico un PC de sobremesa personalizado para jugar que uno de los portátiles diseñados para estos menesteres. Los portátiles no solo ocupan mucho menos espacio en nuestro hogar, sino que además nos permiten llevarlos allí donde queramos, permitiéndonos realizar nuestras tareas habituales en cualquier lugar. Actualmente en el mercado podemos encontrar portátiles de todos los precios y características, cuando más caro más potente es obviamente.
Por regla general si nos hemos decidido por algún ordenador básico para navegar por internet, ver el Facebook y escribir algún que otro documento, lo más probable es que cuando queramos que su funcionamiento sea un pelín más rápido, nos hayamos arrepentido de no haber invertido un poco más en el equipo. Afortunadamente podemos acelerar ligeramente el funcionamiento de nuestro portátil cambiando una opción que nos permite maximizar el rendimiento, eso si, a mayor rendimiento, menos duración de batería. Hay que tener en cuenta los riesgos que conlleva.
Acelerar el rendimiento de nuestro portátil
- Para acelerar el rendimiento de nuestro portátil debemos dirigirnos hasta el botón de la batería o del enchufe si estamos cargándolo y seleccionar Opciones de energía.
- A continuación se mostrarán los planes habituales que por defecto nos ofrece Windows. Por regla general, el plan seleccionado es Equilibrado, lo que nos permite disfrutar de un buen rendimiento sin sacrificar la duración de la batería.
- Las otras dos opciones que nos muestran son Alto rendimiento y Economizador. Esta última baja la velocidad del procesador a mínimos además de reducir el brillo de la pantalla. Mientras que Alto rendimiento acelerará el rendimiento de nuestro procesador para realizar las tareas de una forma mucho más rápida, a costa evidentemente de la duración de la batería.