Los discos duros mecánicos nos ofrecen a día de hoy un mayor espacio de almacenamiento por un menor precio que los modernos SSD. Pero todo tiempo un precio, y no me refiero al económico. Los discos duros mecánicos (HDD) son mucho más lentos que los discos duros sólidos (SSD).
Hasta que el precio de los SSD ha bajado y prácticamente están al alcance de cualquier persona, aunque con unas capacidades reducidas, Windows, al igual que otras aplicaciones, nos permitían desfragmentar nuestro disco duro para que fuera más rápido. En castellano, desfragmentar es recolocar los datos de nuestro disco duro para que estén más cerca.
Un disco duro mecánico está formado por un disco que almacena la información, información que se lee como si de un giradiscos se tratara, por lo que si toda la información se encuentra ordenada, y digamos cerca una de otra, la velocidad de acceso se incrementa ya que el lector no tiene que estar moviéndose continuamente.
Los discos duros sólidos (SSD) almacenan la información de forma digital, al igual que los pendrives, por lo que la velocidad de acceso es prácticamente instantánea, dependiendo del tipo de dispositivo, por que aquí también hay SSD más rápidos y más lentos. Este tipo de unidades no se desfragmentan, ya que la información siempre está ordenada.
Cómo ordenar los datos de nuestro disco duro
- Para acceder al desfragmentador de Windows, el mejor que podemos encontrar actualmente en el mercado, debemos dirigirnos al cuadro de búsqueda de Cortana y escribir Desfragmentar y pulsamos en la primera opción que se muestra.
- Una vez se abre la aplicación, esta nos mostrará si hace falta ordenador los datos de nuestro disco duro. De forma automática, Windows 10 lo hace todas las semanas. Si hemos copiado mucha información desde la última desfragmentación, probablemente será necesario realizarlo.
- Si es así, debemos seleccionar la unidad que queremos optimizar el rendimiento y pulsar en Optimizar.