Los formatos de los archivos, no solo nos permiten identificar con que aplicación son compatibles, sino que esa información también es utilizada por el propio equipo para saber con que aplicación se pueden abrir, ya sea para visualizarlos o para editarlos. La extensión, de forma nativa en Windows está oculta para que los usuarios no hagan cambios que luego no permitan abrir esos archivos.
Dentro de las opciones del explorador de Windows, Microsoft nos permite rápidamente mostrar la extensión del archivo, una función que nos permite identificar rápidamente con que aplicación podemos abrirla. Pero en ocasiones, la extensión puede que no sea del todo correcta, es decir, puede tener una extensión de imagen cuando realmente es un archivo.
Esto suele ocurrir generalmente, a la hora de compartir archivos a través de Internet, sobre todo cuando se trata de películas o música. Si estamos tratando de abrir un archivo cuya extensión está asociada a una aplicación y esta nos dice que no es compatible, nos veremos obligados a entrar en las propiedades del archivo, para así poder comprobar de que tipo de archivo se trata realmente y confirmar si el archivo lleva la extensión correcta o si por el contrario está dañado.
Acceder a las propiedades un archivo es un proceso muy sencillo que apenas nos llevara algo más de un segundo:
- En primer lugar, debemos situarnos encima del archivo con el que estamos teniendo problemas a la hora de abrirlo.
- A continuación, pulsamos sobre él con el botón derecho del ratón y pulsamos en Propiedades.
- Dentro de propiedades, se muestran toda la información relacionada con el archivo, independientemente de si el formato del mismo coincide con la extensión a la que está asociada.