Cosas que conviene hacer tras instalar Windows 11 para dejarlo niquelado

  • Usa una utilidad integral para desbloat, ajustes de privacidad e instalación masiva con Winget
  • Monta un plan 3 2 1 con NAS, RAID adecuado, Btrfs y SAI para proteger tus datos
  • Apuesta por apps nativas rápidas en Windows 11 y valida hardware con pruebas S M A R T y memoria

Cosas que conviene hacer tras instalar Windows 11 para dejarlo niquelado

Acabas de instalar Windows 11 y quieres dejarlo fino, rápido y sin lastre. Más allá de los ajustes típicos, como los que sirven para mejorar el arranque de Windows, hay atajos y herramientas que ahorran horas, limpian el bloatware y te dejan el equipo listo para trabajar, jugar o estudiar sin pelearte con cada ventana del sistema. Aquí reunimos prácticas reales y probadas, incluyendo automatización, privacidad, copias de seguridad y hasta cómo organizar tu ecosistema si combinas Windows con Linux o NAS.

Este recorrido se apoya en experiencias de puesta a punto, guías técnicas y casos de uso reales: desde una utilidad integral para arrancar desde cero como un profesional, hasta una estrategia de backup 3-2-1 con NAS, pasando por lecciones aprendidas cuando Linux no encaja con tu día a día. El objetivo es que al terminar tengas un plan claro y completo para dejar Windows 11 niquelado.

Arrancar desde cero como un pro con una utilidad integral

Una herramienta muy práctica para empezar con buen pie es una suite de optimización con interfaz gráfica sencilla que nació como script de PowerShell y evolucionó a aplicación completa en C#. Está pensada para Windows 11 de 64 bits y, según sus responsables, la mayoría de funciones también operan en Windows 10, con matices en acciones concretas como la retirada de componentes antiguos del navegador.

Al iniciarla tras una instalación limpia aparece una interfaz clara que indica qué elementos podrás reinstalar si te arrepientes. En el apartado de Software & Apps puedes desmarcar de un plumazo componentes preinstalados que no usas, como servicios de búsqueda, apps de mapas o asistentes. Si prefieres un navegador alternativo, permite seleccionar Chrome, Brave o DuckDuckGo entre otros, y dejar el sistema con lo que realmente necesitas.

Con pulsar en eliminar elementos seleccionados te libras del bloatware y la propia herramienta crea scripts y tareas programadas para impedir que Windows Update vuelva a colártelo en actualizaciones. Es un detalle importante para mantener el sistema limpio en el tiempo sin perseguir reinstalaciones indeseadas.

La misma utilidad integra instalación de aplicaciones mediante el motor de Winget. Con un clic puedes sumar imprescindibles como 7 Zip para compresión, VLC para reproducir prácticamente cualquier formato de vídeo y audio, o utilidades de personalización como StartAllBack u OpenShell si quieres un menú Inicio más a tu gusto.

Además, dispone de un panel de ajustes de privacidad, prioridad de procesos al jugar, control de Windows Update y otros toques finos. No pretende abarcar absolutamente todo y alguna cosa la tendrás que poner tú a mano, pero como kit de arranque tras una instalación limpia funciona de maravilla y, si lo prefieres, puedes usarla en modo portable para llevarla en un USB o desinstalarla sin dejar rastro.

Alternativas y filosofía: script puro o interfaz cuidada

Si lo tuyo es la línea de comandos, existen soluciones basadas íntegramente en PowerShell para desbloat y tuning. También hay propuestas populares que combinan listas de apps, ajustes de servicios y remoción de componentes. La diferencia clave está en la experiencia: con interfaz gráfica puedes eliminar e instalar desde una única pantalla, evitar errores al marcar casillas y saber de un vistazo qué es reversible, algo que se agradece si vienes de cero con Windows 11.

Otro detalle a considerar es que estas utilidades modernas agregan un instalador propio y opción portable, por lo que no dependes de pegar comandos ni mantener repos locales. Si eres de los que formatea equipos a menudo o configuras PCs de familiares, el ahorro de tiempo compensa.

Limpieza, control y personalización de Windows 11sin romper nada

Empieza por desinstalar lo que no usas y bloquear su regreso. Eliminar apps preinstaladas libera menús y notificaciones y, con tareas programadas anti reinstalación, evitas que vuelvan. Mantén sólo el navegador y las utilidades que realmente necesitas para no cargar el arranque.

En el plano visual y de flujo, añade un menú Inicio acorde a ti con StartAllBack u OpenShell si no te convence el enfoque de serie. No es sólo estética, también productividad: menos clics para llegar a lo que usas cada día y crear atajos de teclado.

Para instalar tu catálogo esencial, apóyate en Winget desde la propia herramienta o con tus comandos favoritos. De este modo, 7 Zip, VLC, herramientas de oficina o gestores de contraseñas quedan al día de una sentada y sin perseguir instaladores web.

En privacidad, revisa permisos de diagnóstico, anuncios y ubicaciones. Quita lo superfluo, limita telemetría, ajusta notificaciones y configura el calendario de Windows Update para que no te interrumpa a destiempo. Si además juegas, activa el modo juego y prioriza procesos para reducir latencias y microcortes.

Copias de seguridad serias con un NAS y la regla 3 2 1

Un sistema está bien afinado cuando también protege tus datos. Perder varios terabytes duele y no se arregla con buenas intenciones. La estrategia 3 2 1 es un clásico robusto: tres copias, dos en el mismo lugar físico y una fuera. Para lograrlo en casa, un NAS es la pieza que cierra el círculo.

Si te planteas un NAS llave en mano, un equipo de cuatro bahías con procesador de bajo consumo tipo Intel Celeron J4125 y motor de cifrado por hardware AES NI te da silencio, cifrado rápido y suficiente margen para copias, nube privada y servicios. Un modelo con 4 GB de RAM de serie y ampliación hasta 8 GB encaja en estos escenarios; se puede montar un módulo adicional de 4 GB de marcas compatibles y el sistema lo reconocerá sin dramas.

La caché M.2 integrada sirve para lectura o para lectura escritura según montes un SSD o un espejo de dos SSD. Para acelerar navegación por carpetas y peticiones repetitivas, una caché de sólo lectura de 500 GB es más que suficiente; para escrituras, el RAID 1 en M.2 es el camino si tu caso de uso lo necesita.

Calibrar el tamaño de los discos es clave. Piensa en crecimiento real de datos a varios años. La producción personal no crece de forma lineal; fotos y vídeos pesan cada vez más. Cuatro unidades de 16 TB parecen una barbaridad, pero con redundancia fuerte y servicios adicionales no lo son tanto. Para casa, la elección de discos debe evitar SMR para no lastrar arreglos RAID, y valorar modelos sellados en helio de 7200 rpm con baja vibración.

Con los discos más grandes

Hay discos de 16 TB con nueve platos sellados en helio, sensores de rotación y formato físico 512e que dan buen equilibrio entre precio, ruido contenido y fiabilidad. En configuraciones con varias unidades y chasis cerrado, reducir vibraciones evita resonancias que afecten al rendimiento sostenido.

No todo es almacenamiento: un SAI bien dimensionado protege tu PC, el NAS y la red ante cortes eléctricos. Uno de 1000 VA con visualización del estado y puertos con y sin batería puede mantener NAS, router y ONT más de una hora con cargas moderadas. La integración por USB con el sistema del NAS permite apagos automáticos al bajar de umbral de batería y arranque al volver la luz, sin intervención manual.

Arreglo de discos en Windows 11: RAID clásico o SHR con doble paridad

En casa, el equilibrio entre rendimiento y seguridad pasa por elegir bien el arreglo. RAID 0 suma velocidad y capacidad, pero no tiene redundancia; si cae una unidad, lo pierdes todo. RAID 1 duplica en espejo y la lectura vuela con varios discos, aunque la capacidad útil se queda en la de una única unidad.

La versión 5 de RAID distribuye paridad y datos entre tres o más discos, te deja perder una unidad sin desastre y aprovecha mejor el espacio que RAID 1. Como alternativa flexible, los fabricantes ofrecen arreglos tipo SHR que parten los discos en segmentos y crean tantas paridades como se puedan agrupar, minimizando espacio perdido cuando mezclas discos de tamaños distintos o cuando piensas ampliar a futuro.

Si quieres tolerar dos fallos simultáneos en casa, SHR 2 o RAID 6 te dan doble paridad. Para un conjunto de cuatro discos es una tranquilidad: puedes reconstruir con margen si fallan dos a la vez. Las reconstrucciones llevan horas o días, por lo que ese colchón extra se agradece.

Sistema de archivos de Windows 11: por qué importan las instantáneas y los checksums

Un buen sistema de archivos con instantáneas y verificación de integridad es oro. En servidores y NAS modernos es habitual usar Btrfs, que registra cambios a nivel de bloques y permite reconstruir versiones pasadas de un archivo sin duplicarlo entero. También genera checksums para detectar corrupción silenciosa y bitflips con el tiempo.

Aunque Windows trabaja con NTFS en el equipo principal, apoyarte en un NAS con Btrfs te aporta snapshots rápidos de tus copias, restauraciones en minutos y tranquilidad ante borrados accidentales. Si sincronizas Documentos, Fotos y proyectos al NAS, puedes viajar a un punto anterior sin tocar tu PC.

Validación de hardware: discos, memoria y SSD antes de meter datos en Windows 11

Prueba el hardware antes de confiar tus datos. Los discos, si vienen mal embalados, pueden tener golpes invisibles. Conéctalos uno a uno, escucha ruidos extraños e inspecciona S M A R T. Un test de lectura escritura con herramientas de benchmark revela sectores inestables a las primeras de cambio.

Ya dentro del NAS, lanza pruebas S M A R T rápidas y extendidas en paralelo. Un escaneo largo puede llevar un día por unidad, pero te quita sustos futuros. Monta el volumen sólo cuando todos hayan pasado. Si amplías RAM, ejecuta el test de memoria desde el asistente del fabricante para descartar módulos problemáticos.

Para la caché M.2, fíjate en la vida útil en TBW y el porcentaje de integridad. Un SSD veterano con vida útil sobrante puede servir como caché de lectura durante mucho tiempo. Vigila temperaturas y, si lo usas en escritura, valora disipadores para mantener rendimiento sostenido.

Productividad real: cuando Linux no encaja y Windows 11 sí

No todo el mundo quiere pelearse con el sistema operativo. Hay quien valora el bricolaje digital y disfruta afinando cada paquete, pero si tu prioridad es trabajar sin fricciones, la compatibilidad manda. Editar documentos compartidos con resultados impecables, usar aplicaciones específicas o evitar cuelgues es crítico en ciertos entornos.

Experiencias de uso prolongado muestran que determinadas suites libres siguen cojeando en compatibilidades complejas y acabados, que la instalación de paquetes aparentemente triviales puede convertirse en una mañana de foros, o que la aceleración 3D en algunos casos no está a la altura. Si tu contexto requiere Office nativo, drivers maduros o juegos con APIs gráficas modernas, Windows 11 suele ser la elección pragmática.

Convivencia con Linux: si usas Wine en paralelo

Si mantienes un Linux al lado y ejecutas software de Windows con Wine, cuida la higiene. Con el tiempo el prefijo de Wine acumula registros y librerías. Cuando se ensucia, un reinicio desde cero evita fantasmas. Antes de purgar, respalda la carpeta de Program Files dentro del prefijo para rescatar instalaciones portables.

Tras limpiar, configura el prefijo con winecfg y apóyate en winetricks para bibliotecas clave: DirectX 9, fuentes Droid y corefonts para mejorar legibilidad, PhysX si usas tarjetas Nvidia, packs de códecs con cuidado si te dan problemas de audio, y runtimes como vcrun2008 o incluso marcos .NET cuando sea legal y necesario.

Para juegos exigentes, ajusta claves de registro de Direct3D en el prefijo: renderizado con OpenGL, modos de render fuera de pantalla, gestión de shaders y tamaño de memoria de vídeo acorde a tu GPU. Si el sonido se pierde, fuerza ALSA en la configuración del prefijo. Y recuerda consultar bases de datos de compatibilidad por aplicación para no perder horas con casos marcados como basura.

Experiencia fluida: cliente pesado, web y tres capas

La arquitectura de tus herramientas influye en la sensación de velocidad. Las apps cliente con más lógica local suelen responder al instante y se benefician de hardware decente. Las soluciones de tres capas y los frontales web escalan mejor y simplifican despliegues, pero pueden introducir latencias de uno o dos segundos en cada transición de pantalla.

En entornos con muchos usuarios o necesidades de alta disponibilidad, los modelos en tres capas brillan por escalabilidad y mantenimiento. Para uso personal y pymes donde manda la agilidad del usuario frente al teclado, un cliente nativo bien afinado en Windows 11 suele ofrecer una experiencia más ágil en operaciones repetitivas. No adoptes una arquitectura por moda: que resuelva tu problema mejor que lo que ya tienes.

Detalles que suman: móvil, cookies y documentos

Optimiza también tu ecosistema alrededor del PC. Si usas tablet, puedes usar tu tablet como segunda pantalla. En tus blogs y sitios propios activa plantillas móviles si usas plataformas de blogging para que todo se lea bien desde el teléfono. Te evitarás páginas minúsculas y desplazamientos eternos.

En la web, acepta o rechaza cookies con criterio y revisa avisos de privacidad. Te verás banners continuamente; configúralos una vez por servicio para reducir ruido. En el escritorio, instala un visor de PDF cómodo y seguro si manejas documentación oficial con frecuencia.

Remata tu puesta a punto con controles de actualización y restauración: define horas activas, pausa actualizaciones cuando estés en proyectos críticos y crea puntos de restauración del sistema antes de cambios grandes. Con eso y copias al NAS, volver atrás es sencillo.

Después de automatizar limpieza e instalaciones, ajustar privacidad y rendimiento, montar un plan de copias con NAS y SAI, y entender cuándo usar cliente nativo o servicios remotos, Windows 11 queda realmente niquelado. Menos ruido visual, menos cosas que se reinstalan solas, un catálogo de apps al día en minutos, datos protegidos con snapshots y alimentación segura, y un flujo de trabajo que se siente rápido y fiable.

Problemas al actualizar de Windows 10 a 11: Causas y soluciones
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