Aunque, sobre el papel, Windows 11 llegó para mejorar las carencias de Windows 10, muchos usuarios se han encontrado con la desagradable sorpresa de que la historia se repite. Uno de los problemas más irritantes es que Windows 11 funciona cada vez más lento. ¿Por qué sucede esto? Y lo más importante: ¿cómo podemos evitarlo?
Hay que decir que la mayoría de las veces este tipo de problemas son más comunes en equipos con memoria RAM limitada (por ejemplo, 4 GB), aunque también tienen mucho que ver los requisitos de instalación de esta versión del sistema operativo de Microsoft, mucho más exigentes que los de la versión anterior. Un procesador no demasiado potente o poco espacio de almacenamiento tampoco ayudan.
Antes de empezar a repasar nuestra lista de trucos y soluciones, vale la pena aclarar cuál es la configuración mínima necesaria para asegurar un rendimiento correcto de Windows 11. A grandes rasgos, podemos decir que es necesario un buen procesador de cuatro núcleos (por ejemplo, un Intel Core i3-8100 o un Ryzen 3 2300X), al menos 8 GB de memoria RAM y una unidad SSD en la que instalar el sistema operativo.
Con estas características, cualquier PC puede funcionar con fluidez utilizando este sistema operativo. Sin embargo, puede haber otros factores que provoquen la ralentización de nuestro ordenador. Si lo que queremos es que todo fluya mejor sin tener que gastarnos demasiado dinero o directamente comprar un ordenador nuevo, esto es lo que podemos hacer:
Deshabilita algunos programas de inicio
Algunos programas consumen una gran cantidad de memoria RAM cuando arrancamos el PC. Estas aplicaciones (muchas veces prescindibles) suelen quedar en segundo plano consumiendo recursos y ralentizando el arranque. Para deshabilitar estos programas hay que hacer lo siguiente:
- Primero pulsamos la tecla de Windows y escribimos «Administrador de Tareas».
- Desde allí vamos a la pestaña «Inicio».
- Luego hacemos clic derecho con el ratón en los programas que deseamos deshabilitar.
Cierra programas que se ejecutan en segundo plano
La acción anterior sirve para que el arranque del PC sea más rápido, pero podemos encontrarnos con que Windows 11 va lento después del inicio. Lo que hay que hacer es cerrar las aplicaciones que se están ejecutando en segundo plano, consumiendo recursos que necesitamos. El proceso es muy parecido al descrito en el apartado anterior:
- En primer lugar, pulsamos la tecla de Windows y escribimos «Administrador de Tareas».
- A continuación vamos a la pestaña «Procesos».
- Finalmente, hacemos clic derecho en los procesos iniciados que queremos cerrar.
Elimina aplicaciones que no necesitas
A veces, incluso cuando los hemos cerrado, hay programas y aplicaciones que se inician de forma automática. Es decir, consumen recursos y hacen que nuestro ordenador Windows 11 funcione más lento de lo que desearíamos. La solución es eliminarlos definitivamente de esta manera:
- Una vez más, pulsamos la tecla de Windows y escribimos «Agregar y Quitar Programas».
- Accedemos al primer resultado.
- Para acabar, en la lista de aplicaciones y programas instalados en el PC, seleccionamos los que queremos eliminar y ejecutamos la acción.
Cambia el modo de energía del equipo
Este es un truco que también sirve para Windows 10. Existe la posibilidad de seleccionar diferentes modos de energía para nuestro PC. Dependiendo de cuál se elija, se obtiene un nivel distinto de rendimiento. Por defecto, en todos los ordenadores suele venir como predeterminado el modo equilibrado. Sin embargo, para darle un poco de velocidad a nuestro PC es buena idea cambiar al modo de bajo consumo. Esto es lo que debemos hacer:
- Pulsamos la tecla de Windows y esta vez escribimos «Energía».
- Después hacemos clic en el primer resultado que aparece.
- Por último, cambiamos el modo de energía seleccionando el de bajo consumo.
Optimiza o desfragmenta la unidad de almacenamiento
Este es un proceso muy saludable para nuestro PC con Windows 11 y que deberíamos hacer de forma regular para evitar que funcione con lentitud. La idea consiste en agrupar datos dispersos en el disco duro que en realidad pertenecen a un mismo programa. Esto, que se traduce en una mejora del rendimiento, se puede hacer de la siguiente manera:
- Tras pulsar la tecla de Windows, escribimos «Optimizar y Desfragmentar Unidades».
- Accedemos al primer resultado que aparece.
- Luego seleccionamos la unidad que queremos optimizar e iniciamos proceso.
Limita los efectos y las animaciones
Una de las ventajas de Windows 11 con respecto a Windows 10 (su interfaz mejorada, con más efectos estéticos y de visualización), es también una desventaja, pues implica un mayor consumo de recursos. Para solucionarlo, podemos optar por limitar estos efectos del siguiente modo:
- Hacemos clic en el menú de Configuración (el icono de la rueda dentada) y vamos a «Personalización».
- Desde allí, seleccionamos el menú «Colores» y deshabilitamos los efectos de transparencia.
- Para finalizar, vamos a «Accesibilidad», donde deshabilitamos las animaciones.
Otras acciones útiles para evitar que Windows 11 vaya cada vez más lento
Además de los trucos que hemos comentado, hay algunas otras acciones que vale la pena intentar para que nuestro PC con Windows 11 tenga un rendimiento rápido y fluido. Allá va una pequeña lista adicional de recomendaciones:
- Actualizar el sistema cada cierto tiempo, incluido el software y los drivers.
- Comprobar regularmente la temperatura de todos los componentes del equipo. Esto nos ayuda a descartar problemas de exceso de calor, que siempre acaban afectando de forma negativa al rendimiento.
- Desactivar el Game Mode si no vamos a necesitarlo.
- Deshabilitar la función VBS que viene integrada por defecto en Windows 11.
- Desinstalar antivirus de terceros, que también suponen un consumo de recursos. Las funciones de Microsoft Defender deberían ser más que suficientes.
- Eliminar aplicaciones instaladas por defecto, como OneDrive y Microsoft Teams, en el caso de que no vayamos a utilizarlas.
- Limpiar el PC de forma regular, sobre todo para evitar la entrada de polvo y suciedad que pueda afectar a sus componentes.
- Realizar periódicamente un escaneo del sistema para detectar las presencia de malware o adware.
Por último, hay que decir que, si ya hemos probado todos estos trucos y nuestro PC con Windows 11 sigue funcionando lento, siempre nos queda la opción de proceder a una reinstalación limpia del sistema operativo. Es decir, hacer borrar y cuenta nueva, como último recurso.