La relación entre Elon Musk y OpenAI ha pasado de la colaboración a una encarnizada disputa. El magnate tecnológico, que fue uno de los cofundadores de OpenAI en 2015, ha lanzado una oferta para comprar la compañía. Sin embargo, su propuesta ha sido rechazada por Sam Altman, CEO de la empresa, en lo que parece ser un nuevo capítulo en su enfrentamiento.
Esta oferta de 97.400 millones de dólares se suma a una serie de desencuentros entre ambas partes, incluyendo una batalla legal en la que Musk acusa a OpenAI de desviarse de su propósito original en favor de Microsoft. La pugna entre estos líderes tecnológicos amenaza con redefinir el panorama de la inteligencia artificial.
El origen del conflicto
En 2015, Elon Musk y Sam Altman cofundaron OpenAI con la misión de desarrollar inteligencia artificial con un enfoque abierto y seguro para la humanidad. Sin embargo, Musk se apartó de la empresa en 2018 debido a diferencias en la dirección que estaba tomando, argumentando que OpenAI se había quedado rezagada frente a Google.
Tras su salida, OpenAI evolucionó de una organización sin ánimo de lucro a una estructura con fines lucrativos, permitiendo el ingreso de inversionistas como Microsoft, que ha aportado miles de millones en financiamiento. Este giro estratégico no fue bien recibido por Musk, quien considera que la compañía se ha convertido en una subsidiaria de Microsoft en lugar de mantenerse fiel a sus principios originales.
La oferta de compra y la respuesta de Sam Altman
Ayer mismo Musk sorprendió al mundo tecnológico al anunciar una oferta de 97.400 millones de dólares para adquirir OpenAI. La propuesta fue presentada por el abogado de Musk, Marc Toberoff, a la junta directiva de la empresa.
El magnate justificó su oferta alegando que OpenAI debería volver a ser una organización con un enfoque abierto y centrado en la seguridad, en lugar de priorizar los intereses comerciales. No obstante, Sam Altman rechazó la oferta con un comentario sarcástico en la red social X: «No, gracias, pero podemos comprar Twitter por 9.740 millones si quieres». La respuesta de Altman no pareció hacer gracia a Musk, quien lo tildó de «estafador».
Una batalla legal en curso
Además de la oferta de compra, Musk presentó en febrero de 2024 una demanda contra OpenAI, acusando a la empresa de haber priorizado sus beneficios comerciales en lugar de su propósito original. En la denuncia, Musk afirmó que OpenAI se ha transformado en una filial de Microsoft y ha cerrado su tecnología al acceso público.
La afectada respondió calificando la demanda de “acoso” y pidiendo que fuera desestimada. La compañía incluso hizo públicos correos electrónicos internos, en los que alegan que Musk pretendía fusionar OpenAI con Tesla para impulsar su propia estrategia de inteligencia artificial.
La influencia de Microsoft y el futuro de la IA
Un punto clave en esta disputa es el papel que juega Microsoft dentro de OpenAI. La compañía de Redmond ha invertido miles de millones de dólares en la startup y mantiene una estrecha colaboración en el desarrollo de modelos de IA. Algunos críticos, incluido Musk, consideran que esta relación ha erosionado la independencia de OpenAI y ha convertido su tecnología en un activo prioritario para Microsoft.
Mientras tanto, Musk ha trabajado en su propia alternativa, xAI, una empresa de inteligencia artificial que busca competir con OpenAI. Sus declaraciones y acciones recientes sugieren que no está dispuesto a abandonar la lucha por el control del futuro de la IA.
El conflicto entre Musk y OpenAI no solo es una disputa de egos, sino una lucha por definir cómo se desarrollará la inteligencia artificial en los próximos años. Desde la legalidad de las transiciones empresariales hasta la ética de la IA, esta batalla marcará el rumbo de una de las tecnologías más prometedoras y polémicas de la actualidad.