Desde mediados de 2021, Windows 11 ya está disponible de forma gratuita pata todos aquellos usuarios que tengan una copia de Windows 10 y cuyo equipo cumpla una serie de requisitos mínimos, aunque el que afecta al procesador y el chip TPM se pueden saltar, aunque no es recomendable.
¿Merece la pena actualizar a Windows 11? Si todavía no tienes muy claro si realmente merece la pena actualizar o comprar un nuevo equipo si el tuyo no es compatible para disfrutar de Windows 11, en este artículo vamos a tratar de sacarte de dudas.
Rendimiento
Si le pegamos un vistazo a los requisitos de Windows 11, podemos comprobar como los requisitos mínimos para poder disfrutar de este sistema operativo son prácticamente los mismos que con Windows 10, pero con algunas limitaciones, ya que requiere de procesador de 64 bits.
Si tu equipo funciona bien con Windows 10 y es compatible con Windows 11, no vas a notar ningún problema de rendimiento ni de estabilidad. Hay que tener en cuenta que Windows 11 se construye sobre la base de Windows 10, e incluye una interfaz de usuario diferente, pero lo que es funcionamiento, es el mismo.
No hace falta decir que si tienes un SSD en lugar de un disco duro mecánico (HDD) la experiencia de funcionamiento será mucho más fluida en ambos sistemas operativos.
Interfaz de usuario
Uno de los diseñadores de la interfaz de Windows 11, afirmó que decidieron modificar el funcionamiento de la barra de tareas para adaptarse a los monitores actuales, monitores panorámicos y de mayor tamaño que obligan al usuario a mover la vista hacia la izquierda para poder interactuar tanto con las aplicaciones como con el menú de inicio.
En Windows 11, todos los iconos de la barra de tareas se encuentran situados en el centro, junto con el botón de inicio. De esta forma, cada vez que queremos interactuar con él, para abrir una aplicación o acceso directo, no tenemos mover la cabeza.
Aunque pueda parecer una nimiedad, dependiendo del tamaño de la pantalla de tu equipo, puedes comprobar lo que ello supone. Una vez lo pruebas, comprobarás como la idea de situar las aplicaciones y el botón de inicio centrados en la barra de tareas ha sido una excelente idea.
Mejora el funcionamiento del escritorio
Windows 11 incluye un gran número de mejoras que no están precisamente orientadas a los usuarios que trabajan con una única aplicación en pantalla, sino para aquellos que pasan muchas horas delante de un ordenador y que, además, trabajan con más de una aplicación a la vez y con dos o más escritorios.
Con Windows 11, podemos configurar cada uno de los escritorios que tengamos en nuestro equipo para que, automáticamente, las aplicaciones se sitúen en él.
Si, por ejemplo, tenemos 3 escritorios, cada vez que abramos una aplicación diferente, esta se colocará en el escritorio donde se encontraba la última vez que la ejecutamos. De esta forma, cuando queremos hacer uso de ella, tan solo tenemos que acceder al escritorio donde sabemos que está mediante un atajo de teclado.
Si no utilizamos diferentes escritorios, pero si monitores adicionales, nos vamos a encontrar con el mismo funcionamiento.
Sácale partido a los widgets
Con Windows Vista llegaron los widgets. Lamentablemente, no tuvieron el éxito que desde Microsoft esperaban. No solo por el lamentable funcionamiento de Windows Vista en general, sino también porque los widgets lastraban el funcionamiento del equipo, ofreciendo una experiencia de usuario lamentable.
Después de eliminarlos con Windows 7, Microsoft ha vuelto a incluirlos en Windows 11. Pero, a diferencia de Windows Vista, los widgets funcionan de una diferente y completamente integrada en el sistema.
Gracias a los widgets, podemos acceder a la información del tiempo, nuestra agenda, la lista de tareas, los correos sin leer además información de sitios web a golpe de vista en una pantalla.
Instalar aplicaciones de Android
Otra importante novedad que llegará en los próximos meses es la posibilidad de instalar las mismas aplicaciones que utilizamos habitualmente en nuestro smartphone Android en Windows 11.
De esta forma, si no acabamos de encontrar una aplicación para PC que supla nuestras necesidades, pero si la hemos encontrado en Android, podemos utilizar esa versión sin ningún tipo de problema, manteniendo el contenido sincronizado en todo momento a través de Google.
¿Merece la pena actualizar a Windows 11?
En este artículo hemos hablado de los principales atractivos que nos vamos a encontrar en Windows 11, siendo el del diseño el más importante y al que para mucho, será el único motivo para actualizar a esta nueva versión de Windows.
Si el diseño es lo que menos te atrae, Microsoft nos permite cambiar el diseño y que se siga mostrando la misma configuración de diseño que con Windows 10. Sin embargo, no merece la pena modificarlo sino acostumbrarnos a él, ya que este es el nuevo diseño de Windows de ahora en adelante.
Además, tanto macOS como la mayoría de las distribuciones Linux, nos ofrecen el mismo diseño, con todos los elementos de la barra de tareas situadas en el centro. Dale una oportunidad y verás como al final te convence este nuevo diseño.
Los ataques de ransomware, se han convertido, lamentablemente, en algo más que habitual entre todo tipo de empresas. Gracias al chip TPM, Microsoft quiere evitar que cualquier software pueda infectar un equipo y expandirse por una red rápidamente.
Si trabajas en un entorno corporativo, la seguridad de tus datos en algo que no puedes dejar de lado. No solo haciendo copias de seguridad diarias, sino también protegiendo tus equipos gracias a la solución que nos ofrece Windows 11 con el chip TPM 2.0.
El módulo TPM es un chip integrado en la placa base (que si nuestro equipo no lo incluye se le puede añadir a posteriori), tiene como objetivo ayudar a proteger las claves de cifrado, las credenciales de los usuarios y otros datos de carácter sensible tras el hardware.
De esta forma, se crea una barrera que las aplicaciones no pueden saltarse para acceder a estos datos. La versión TPM 1.0 no protegía contra algoritmos criptográficos tan sofisticados como los que se utilizan en la actualidad en este tipo de ataques.
Con más de 6 meses en el mercado (en el momento de publicar este artículo), Windows 11 es plenamente funcional, es decir, que no tiene ningún problema de funcionamiento que, si ofrecían las primeras versiones, de ahí que nunca sea recomendable instalar las primeras versiones de un sistema operativo, en especial, cuando se trata de un equipo utilizado para trabajar.