Es un proceso que apenas detectamos porque se produce muy lentamente: nuestro PC pierde agilidad, es cada vez más lento y perezoso. Esto suele deberse a múltiples causas que tienen que ver tanto con defectos de hardware como por limitaciones del propio sistema. Para poner remedio a esto, en este post vamos a repasar algunos trucos o recomendaciones para optimizar el rendimiento y la velocidad de tu PC en Windows.
Evidentemente, para saber cuál es el método más adecuado para que nuestro ordenador funcione mejor, lo primero que hay que hacer es detectar la causa por la cual no funciona como debería. La mayoría de las veces se puede establecer un diagnóstico más o menos fiable a través del Monitor de rendimiento de Windows.
Para acceder a este recurso hay que utilizar la combinación Windows + R y escribir el comando «perfmon». Todo lo que vamos a conseguir con esto es confirmar que nuestro PC va demasiado lento y que algo no funciona bien. Una vez que constatamos este punto, queda lo más difícil: saber qué hacer para corregir el problema.
Eliminar posibles virus y malware
Una de las razones más comunes por las cuales un PC se vuelve lento es que haya sido infectado por algún virus o malware. Por eso es imprescindible contar siempre con un buen antivirus que se encargue de mantener nuestro equipo protegido.
Tanto Windows 10 como Windows 11 vienen ya con su propio antivirus preinstalado: Windows Defender. No es una mala opción, sobre todo porque muchas veces instalar una herramienta externa más potente nos puede ocasionar más problemas que soluciones. Estos antivirus utilizan muchos recursos, lo cual ralentiza la velocidad de nuestro ordenador.
Liberar espacio en el disco
Con el paso del tiempo, cualquier PC acaba acumulando una cantidad ingente de archivos que copan el disco duro y hacen que el equipo funcione con más lentitud. El sistema operativo de Microsoft cuenta con una función específica para llevar a cabo esta tarea: el Liberador de espacio en disco.
Podemos utilizar esta función para borrar los archivos temporales que permanecen almacenados en el disco de forma innecesaria, así como todos los archivos que consideremos prescindibles.
Configurar arranque limpio en Windows
Muchos de los programas y aplicaciones que instalamos en nuestro PC vienen con la opción de iniciarse con el arranque de Windows por defecto. ¿Qué significa esto? Pues simplemente que estos programas utilizan más recursos y, por tanto, el proceso de iniciar el ordenador se vuelve más lento.
La solución pasa por eliminar todos esos programas que se ejecutan al encender el ordenador. Esto se hace desde el Administrador de tareas. Solamente hay que seleccionar aquellos que se ejecutan en el inicio y marcar la opción «Deshabilitar». En el caso de no querer eliminarlos, podemos buscar en los ajustes la opción que hace que el programa arranque con el inicio de Windows.
Desinstalar programas y aplicaciones prescindibles
Al igual que sucede con los archivos, también con el tiempo se van acumulando en nuestros ordenadores aplicaciones que casi nunca utilizamos. A veces es incluso peor, pues aunque no las hagamos servir, ellas se están ejecutando en segundo plano, consumiendo recursos. Deshacerse de ellas es una buena manera de optimizar el rendimiento y la velocidad de tu PC en Windows.
Esto es aplicable también a muchas aplicaciones que vienen preinstaladas dentro del sistema operativo. Muchas de ellas se pueden eliminar sin que el funcionamiento general del PC se resienta lo más mínimo.
Desactivar funciones innecesarias
Aunque la palabra «innecesario» puede ser bastante subjetiva, lo cierto es que hay una serie de servicios y funciones de Windows de las que podemos prescindir, si nuestro objetivo principal es un buen rendimiento genera del PC. Por ejemplo, en las Opciones de rendimiento, vamos a poder ajustar la configuración para reducir los efectos gráficos y visuales, eliminar las animaciones, etc.
Otra función que se puede desactivar es la del asistente virtual Cortana. Una gran mayoría de usuarios de Windows no lo utiliza.
Controlar el consumo energético del PC
Es de pura lógica: cuanto más consuma el PC, mayor será el esfuerzo que este deberá realizar. Y eso influirá inevitablemente en su rendimiento. Afortunadamente, a partir de Windows 10 ya es posible elegir entre diferentes modos de energía para nuestro equipo. Esto resulta de gran ayuda para conseguir el equilibrio que buscamos.
Un plan de energía de bajo consumo reduce también el rendimiento de PC. En cambio, uno de alto consumo reducirá la autonomía de las baterías (en el caso de los portátiles) y eleva el riesgo de sobrecalentamiento de algunos componentes. Hay que ponerlo todo en una balanza y elegir con cuidado.
Actualizar Windows
Básico para optimizar el rendimiento y la velocidad de tu PC en Windows. Muchos usuarios no dan a esto la importancia que merece. Y se equivocan. Tener siempre actualizados los drivers de nuestro PC nos ayudará a mejorar el rendimiento de Windows y a que el PC funcione con más agilidad.
Lo mismo se puede decir de las aplicaciones: es muy recomendable que estas se encuentren debidamente actualizadas en todo momento. Además, es algo que no supone ningún esfuerzo por nuestra parte, solo tenemos que permitir al sistema operativo actualizarse a sí mismo de vez en cuando.
Usar aplicaciones de limpieza
Aunque hay algunos expertos que no lo recomiendan por cuestiones de privacidad, la verdad es que usar una buena aplicación de limpieza es el método más cómodo de mantener nuestro PC siempre en perfecto estado de revista. Existen muchas opciones, aunque una de las más utilizadas en todo el mundo es CCleaner. Al menos una de las mejor valoradas.
Gracias a estas apps vamos a poder optimizar, eliminar archivos obsoletos e incluso configurar una autolimpieza con cierta regularidad para que el programa haga el trabajo por sí solo.
Formatear Windows
Por último, mencionamos la solución más radical: formatear o reinstalar el sistema operativo. Se puede intentar esto solo en última instancia, cuando todo lo anterior no ha dado buenos resultados. Los pasos a segur son simples: Hay que ir a Inicio, desde allí a Configuración, después a «Actualización y seguridad» y finalmente seleccionar «Recuperación». Allí se encuentra la opción de «Restablecer el equipo». Importante: no hay que olvidar hacer una copia de seguridad antes de iniciar el proceso, porque este no tiene marcha atrás.