Si te preguntas por qué tu PC Windows tarda una eternidad en iniciarse cuando lo pones en marcha, es muy probable que la culpa sea de esas aplicaciones que se abren automáticamente durante el proceso de arranque. Sin embargo, no todos esos programas son imprescindibles, por lo que puede resultar muy conveniente para cualquier usuario aprender a quitar los programas de inicio de Windows 10 y 11.
Hay que señalar que los problemas no solo se limitan a un arranque más lento. Muchos de estos programas funcionan también en segundo plano, lo cual afecta a la memoria de nuestro ordenador. Como consecuencia de ello, podeos encontrarnos, por ejemplo, con que sea más lento y menos fluido el cambiar de un programa a otro. Esto se debe a que la capacidad de procesamiento de nuestro ordenador está saturada.
¿Qué son los programas de inicio en Windows?
Los programas de inicio son esas aplicaciones que se ejecutan de forma automática durante el arranque de nuestro ordenador. Se trata de programas que pueden ser muy útiles en algunos casos. Por ejemplo, resulta muy cómodo que el navegador (que la mayoría de nosotros utilizamos cuando nos sentamos frente al ordenador) se inicie de forma automática cuando encendemos el PC.
En principio, agregar programas al arranque de tu equipo no es malo, pues están ahí para hacernos la vida un poco más fácil. Los problemas llegan cuando hay demasiados programas de inicio. Es ahí cuando aparecen las situaciones que ya conocemos: menos velocidad de procesamiento, consumo innecesario de recursos e incluso un mayor consumo de batería.
¿Por qué desactivar las aplicaciones de inicio?
Para reducir el tiempo de espera entre el momento que encendemos el PC hasta poder empezar a usarlo, la mejor solución no es otra que deshabilitar algunas aplicaciones innecesarias del inicio de Windows. En los siguientes párrafos te explicamos que métodos existen y cómo se hace.
No hay que tener miedo de realizar esta operación. Incluso si desactivamos todos los programas de inicio del sistema va a seguir funcionando. No obstante, lo más prudente es solo desinstalar los que realmente no necesitamos. Hay otros que, aunque parezcan irrelevantes, cumplen funciones importantes, como los antivirus o los programas de sincronización de archivos para servicios en la nube.
Veamos entonces a continuación cuáles son los pasos para quitar los programas de inicio de Windows.
Eliminar los programas de inicio a través de la Configuración
Es el primer método que podemos emplear para quitar programas de inicio en Windows. Si deseamos hacerlo desde Windows 10, todo lo que tenemos que hacer es ir al cuadro de búsqueda y escribir «Aplicaciones de inicio». Luego hacemos clic en la opción y aparecerá la pantalla como la que se muestra en la imagen de arriba.
En esta pantalla vamos a poder usar los botones deslizantes para activar o desactivar las aplicaciones. Lógicamente, cuantas menos sean los programas activados, más rápido será el arranque de nuestro ordenador y mejor su rendimiento general.
El método en Windows 11 es bastante similar, aunque el modo de acceder a este menú es un poco diferente. Primero hay que abrir Configuración de Windows, después seleccionar Aplicaciones y, una vez allí, hacer clic en Inicio. Tras esto, llegaremos a la misma pantalla de aplicaciones de inicio que hemos visto en Windows 10. La estética general es algo distinta, pero la manera de activar o desactivar aplicaciones es la misma.
Cómo hacerlo desde el administrador de tareas
El Administrador de tareas de Windows es una herramienta muy útil que podemos hacer servir de muchas maneras. Por supuesto, también nos va a ayudar a quitar los programas de inicio en Windows.
Para abrir el Administrador de tareas en Windows 10, hay que hacer clic haz derecho sobre un espacio vacío de la barra de tareas y, en el menú, seleccionar la opción «Administrador de tareas». A veces no aparece la pantalla completa, por lo que es necesario abrir todo el cuadro pulsando sobre el botón de «Más detalles».
Después vamos a la pestaña «Inicio», donde se nos muestran todas las aplicaciones. Algunas de ellas que están configuradas para iniciarse con Windows y la opción de habilitarlas o deshabilitarlas.
En Windows 11 el método varía ligeramente. Para acceder al Administrador de tareas podemos escribir su nombre en el cuadro de búsquedas o bien hacer clic en el icono de Windows. Ahora, hay que ir a la barra lateral y seleccionar «Aplicaciones de arranque» Así accederemos directamente al cuadro que hemos visto ya en el caso de Windows 10.
A través de la propia aplicación
El tercer método es un poco más laborioso, puesto que consiste en hacerlo desde la misma aplicación. Esto supone de entrada un mayor esfuerzo (hay que ir una por una) y además no en todos los casos es posible. Sin embargo, si lo que queremos es eliminar solamente una aplicación de inicio en concreto, es el recurso más adecuado.
Hay algunos programas que, una vez instalados, vienen ya configurados para ejecutarse durante el inicio sin que nosotros lo autoricemos. Solo hay que buscar un poco entre las opciones de estas aplicaciones para encontrar el ajuste que nos permitirá quitarlas del inicio.