La tecnología avanza a pasos agigantados y uno de sus mayores logros ha sido la creación de herramientas que permitan mejorar la calidad de vida de las personas. En este contexto, la realidad virtual y la realidad aumentada se presentan como soluciones innovadoras para ayudar a colectivos como el de las personas con Síndrome de Down, contribuyendo a fomentar su autonomía en actividades cotidianas.
Por ejemplo, se están desarrollado aplicaciones y programas que permiten simular entornos reales en un espacio seguro y controlado. Esto brinda a los usuarios la posibilidad de entrenarse y prepararse para enfrentar situaciones del día a día con mayor confianza. Abordamos estas cuestiones a continuación:
¿Cómo ayuda la realidad virtual a las personas con discapacidad intelectual?
Como ya todo el mundo sabe, la realidad virtual (VR) permite recrear experiencias cotidianas en un entorno digital. Esto resulta especialmente interesante para el aprendizaje progresivo de personas con discapacidad intelectual. Mediante el uso de gafas de realidad virtual, los usuarios con Síndrome de Down pueden emular situaciones de la vida real sin enfrentarse a los riesgos o dificultades que estas suponen en un contexto real.
Por otra parte, la realidad aumentada (AR) sirve para complementar esta experiencia. Gracias a ella, estas personas pueden interactuar con elementos virtuales superpuestos en el mundo real.
Ambas herramientas están diseñadas para ser intuitivas y accesibles, promoviendo un aprendizaje práctico y altamente efectivo.
Ejemplos de aplicaciones de realidad virtual para mejorar la autonomía
Uno de los proyectos más destacados en este ámbito ha sido impulsado por la Fundación Síndrome de Down del País Vasco junto con el centro tecnológico Tecnalia, con el objetivo de ofrecer herramientas innovadoras que faciliten la vida independiente de las personas con discapacidad intelectual.
1. Viajo en Metro
Esta aplicación de realidad virtual permite que los usuarios experimenten un viaje en metro de manera simulada. A través de un avatar de guía, las personas aprenden a cruzar calles con seguridad, utilizar ascensores, pasar por validadores de billetes, subir al vagón y orientarse dentro del metro. Además, el sistema incorpora posibles imprevistos, como retrasos en el servicio o confusión con las estaciones, para que los usuarios puedan desarrollar estrategias de solución. Este tipo de experiencias están en auge gracias a las innovaciones de la tecnología, incluidas las aplicaciones de metaverso, que están explorando nuevas formas de interacción.
2. Mi Lavadora
Otra experiencia de realidad virtual facilita que las personas con discapacidad intelectual aprendan a usar una lavadora. Desde la clasificación de la ropa hasta la selección del programa adecuado, esta simulación permite que los usuarios se enfrenten a situaciones como errores en el funcionamiento o fugas de agua, preparándolos para manejarlas correctamente en la vida real.
3. Realidad Aumentada para la Lavadora
Además de la simulación en realidad virtual, se ha desarrollado una versión de realidad aumentada accesible mediante una tablet o teléfono móvil. Esto permite que los usuarios reciban asistencia interactiva mientras manejan una lavadora real, brindando instrucciones paso a paso a través de la pantalla del dispositivo.
Impacto de la VR en la vida de las personas con Síndrome de Down
El impacto de estas herramientas ha sido muy positivo. Las personas que han utilizado estas aplicaciones han demostrado mayor seguridad y autonomía en sus actividades diarias. Para muchos, enfrentarse por primera vez a tareas como viajar en metro o hacer la colada puede ser un desafío abrumador, pero gracias a la realidad virtual, pueden ensayar y practicar en un entorno seguro antes de intentarlo en la vida real.
El uso de estas herramientas educativas no solo facilita el aprendizaje, sino que también reduce la ansiedad y aumenta la confianza de los usuarios al proporcionarles experiencias previas que los preparan para enfrentar desafíos en la vida real.
Las iniciativas que combinan realidad virtual y aumentada para mejorar la autonomía de las personas con Síndrome de Down están demostrando ser una solución efectiva y práctica. Desde aprender a utilizar el transporte público hasta realizar tareas domésticas con seguridad, estas herramientas digitales permiten que los usuarios adquieran habilidades esenciales de manera progresiva y sin riesgos. La tecnología sigue evolucionando y con ella, se abren nuevas oportunidades para la inclusión social y el desarrollo personal.