El exceso de calor es uno de los peores enemigos de los dispositivos electrónicos. Cuando se supera un determinado umbral térmico, estos empiezan a fallar o, simplemente, dejan de funcionar. La CPU de un ordenador es especialmente sensible a este tipo de riesgos, por eso vamos a explicar en este artículo qué se puede hacer para reducir la temperatura de un procesador.
Tanto si se trata de un ordenador de mesa como de un portátil, es esencial verificar regularmente que la CPU está funcionando dentro de un rango normal de temperaturas. Cuanto más exijamos al procesador, este más se calentará (eso es inevitable), pero hay algunas cosas que se pueden hacer para no llegar a situaciones extremas.
Lo cierto es que todo lo que se puede hacer se reduce a dos cuestiones: conseguir una mejor refrigeración del procesador o bien obtener una CPU capaz de funcionar a temperaturas más bajas. Entre ambas soluciones, tenemos un abanico de trucos y consejos que podemos aplicar para reducir la temperatura del procesador, consiguiendo así que funciones sin problemas y que su vida sea lo más larga posible. Toma buena nota de ellos:
Limpiar el PC
Puede parecer algo de poca importancia, pero no es así. Cuando los expertos aconsejan limpiar de forma frecuente el ordenador no lo hacen para que este luzca con mejor aspecto, sino para evitar la acumulación de polvo y otros residuos que puedan interferir en el funcionamiento normal de sus componentes.
Por ejemplo, sucede muchas veces que el polvo llega a obstruir los filtros, impidiendo que el aire frío alcance los componentes principales.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de limpiar el PC? Se puede usar una pequeña aspiradora de mano, o bien una pistola de aire comprimido (como la de la imagen), siempre con mucho cuidado y retirando los cables para llegar a los rincones más inaccesibles.
Retirar el panel lateral
Este truco es muy práctico, aunque solo sirve para los ordenadores de mesa. Ante un exceso de calor evidente (cuando tocamos el panel y notamos un calor fuera de lo normal), una solución rápida es desatornillar el panel lateral y dejar que el interior de la máquina se airee.
Solo con este truco tan sencillo podremos reducir la temperatura del procesador unos cuantos grados.
Aumentar la velocidad de los ventiladores
Uno de los elementos claves del sistema de refrigeración de un ordenador es el ventilador. Básico para reducir la temperatura del procesador y mantenerla a niveles aceptables. Es posible configurar los ventiladores para que funcionen a mayor velocidad, aun a costa de tener que soportar algo más de ruido (ese clásico zumbido de las aspas al girar) cuando estemos usando el PC.
¿Cómo se hace esto? El truco consiste en acceder a la UEFI/BIOS y allí cambiar todos los ventiladores y disipadores del sistema al «Modo Rendimiento». En el caso de contar con un enfriador de la CPU con aplicación propia, simplemente hay que incrementar la velocidad del ventilador para que actúe de forma más potente.
Refrescar la habitación
Aunque pueda parecer una solución poco sofisticada, puede ayudar. La idea es refrescar el entorno en el que se encuentra nuestro ordenador sobrecalentado. Lo primero que hay que hacer es retirarlo de cualquier ubicación donde pueda recibir de forma directa los rayos del sol. Si no queremos moverlo, entonces podemos abrir las ventanas para que corra aire fresco o directamente encender el aire acondicionado (si estuviera disponible) para tratar de reducir la temperatura de la CPU.
Aunque no es muy aconsejable, hay usuarios que (solo en casos de emergencia) retiran la tapa lateral como hemos explicado antes y colocan frente a ella un ventilador de mesa. Es un recurso rudimentario, pero válido.
Actualizar la carcasa
Si ninguno de los trucos explicados hasta ahora da resultado, tal vez haya que ir pensando en obtener una nueva carcasa para la caja del ordenador, una que ofrezca un mejor flujo de aire. Esta solución pasa por gastarse algo de dinero y después tener unos mínimos conocimientos para realizar el cambio sin que el ordenador se vea afectado.
Hay varios modelos de carcasa disponibles en el mercado, específicamente diseñados para ofrecer mucha ventilación (con soporte para la instalación de ventiladores adicionales) y lograr maximizar el flujo de aire. Siempre conviene elegir una carcasa más voluminosa: aunque esta ocupará más espacio físico, garantizará que el aire caliente se disipe mejor, manteniendo los distintos componentes separados y frescos en su interior.
Base refrigeradora (para ordenadores portátiles)
Para los portátiles también hay algunas soluciones interesantes. Una de ellas es la de las bases refrigeradoras, que son una especie de bandejas sobre las cuales se coloca el laptop para que, gracias a la acción de sus ventiladores, la temperatura se reduzca.
Este es un gadget muy popular entre los gamers, que someten a los portátiles a largas y exigentes sesiones de juego en las que la temperatura de la CPU se puede llegar a disparar. Si tienes un portátil en casa y te preocupa la cuestión del sobrecalentamiento, esta es una buena solución.