
La seguridad en Windows vive un momento decisivo: el malware evoluciona sin descanso y los atacantes afinan sus técnicas, mientras nuestros equipos se conectan desde cualquier lugar y a cualquier red. La buena noticia es que Windows 11 y Windows 10 incluyen capas de protección muy serias que, si se activan y configuran bien, ofrecen un blindaje de primera sin hipotecar el rendimiento.
Esta guía práctica reúne y reescribe en un único sitio todo lo que necesitas saber para blindar de verdad tu PC, combinando protecciones de hardware, del sistema, de red, de aplicaciones, de identidad y de datos. Verás cómo usar Microsoft Defender, cifrar con BitLocker, proteger credenciales con Windows Hello y Credential Guard, aislar procesos con VBS e HVCI, reforzar el navegador, cerrar la puerta al phishing y al ransomware, y cómo gobernar todo desde la nube con Microsoft Intune y Entra ID.
Arquitectura de seguridad moderna: del chip al sistema
El punto de partida en Windows 11 es la seguridad por diseño y por defecto, y cuestiones de arquitectura: TPM 2.0, Arranque seguro UEFI y medidas de integridad de arranque que establecen una raíz de confianza de hardware. Con esta base se verifica que firmware, cargador y kernel no han sido manipulados antes de arrancar.
Sobre esa base, entran tecnologías como Seguridad basada en virtualización (VBS) y Integridad de código protegida por hipervisor (HVCI), que aíslan memoria sensible y fuerzan que el código en modo kernel esté firmado y validado. Es un salto clave frente a rootkits, inyección en controladores y exploits que atacan memoria.
Para escenarios avanzados, Windows 11 añade protección frente a DMA en puertos externos de alta velocidad y técnicas de confianza dinámica de arranque (DRTM) que refuerzan la cadena incluso si algo intenta colarse durante el arranque.
Si tu equipo lo incorpora, el procesador de seguridad Microsoft Pluton integra la raíz de confianza en la propia CPU y facilita firmware de seguridad actualizado vía Windows Update, reduciendo superficies de ataque físicas y problemas de actualización.

Microsoft Defender: primera línea contra malware y phishing
Microsoft Defender Antivirus viene integrado y listo para trabajar desde el primer arranque: análisis en tiempo real, firmas en la nube, heurística y machine learning. Si instalas otro antivirus, Defender se desactiva solo y se reactiva si lo desinstalas.
Defender se coordina con Protección contra alteraciones para que el malware no pueda apagar la protección, borrar actualizaciones o modificar exclusiones sin autorización. Esta capa evita sorpresas si una amenaza intenta debilitar tus defensas.
Con SmartScreen y la protección mejorada contra suplantación, Windows te avisa cuando un sitio o un archivo es sospechoso o cuando escribes tus credenciales de Microsoft en ubicaciones de riesgo, sea cual sea el navegador o la app. Es una barrera práctica contra phishing real.
La Protección de red amplía estas defensas para bloquear conexiones hacia dominios o IP peligrosas, incluso fuera de Edge, y puede combinarse con Microsoft Defender para punto de conexión para aplicar filtros por categoría y bloqueos específicos en entornos gestionados, y además ayuda a descubrir dispositivos en tu red Wi‑Fi.
Reducir superficie de ataque y bloquear comportamientos peligrosos
Las Reglas de reducción de superficie de ataque limitan acciones típicamente abusadas por el malware: scripts ofuscados, macros que llaman a API sensibles, ejecutables que descargan o lanzan carga maliciosa, etc. Activarlas reduce de golpe la probabilidad de intrusión silenciosa.
La Protección contra vulnerabilidades aplica mitigaciones a procesos del sistema y a aplicaciones, con modo auditoría para evaluar impacto antes de imponerlas. Útil para equilibrar seguridad y compatibilidad sin ir a ciegas.
Para datos críticos, Acceso controlado a carpetas sólo permite escribir a aplicaciones de confianza en ubicaciones protegidas. Es una barrera directa frente a ransomware que intenta cifrar bibliotecas de usuario a lo loco.
¿Necesitas exclusiones puntuales en Defender para tareas concretas El motor permite excluir archivo, carpeta, tipo de archivo o proceso, pero hazlo con cabeza: aplica la mínima exclusión imprescindible y revísala después para no dejar agujeros permanentes.
Exclusiones y comodines en Defender sin meter la pata
Cuando una tarea crítica se ve frenada por un análisis, puedes crear exclusiones muy acotadas. Opciones: archivo concreto, carpeta completa, extensión o proceso. Recuerda que la exclusión se aplica al tiempo real y puede no afectar a análisis bajo demanda de otras soluciones.
Con comodines, puedes excluir por patrón: por ejemplo prueba.* afectaría a cualquier ejecutable con ese nombre con distinta extensión, y en tipos de archivo *st excluiría extensiones que terminen en st. Úsalo sólo si no hay alternativa más precisa.
Las variables de entorno ayudan a no depender de rutas absolutas, y permiten políticas más portables entre equipos. Documenta cada exclusión con el motivo y fecha, y planifica una revisión periódica para retirarla cuando deje de ser necesaria.
Navegación, descargas y ejecución en aislamiento
Para reducir riesgos al abrir lo desconocido, Windows ofrece aislamiento de alto nivel. Windows Sandbox crea un escritorio temporal y limpio para ejecutar software no confiable sin tocar el sistema anfitrión; al cerrar, todo desaparece.
En tareas de navegación de riesgo, Microsoft Defender Application Guard aísla sesiones de Edge en un contenedor protegido para que amenazas del navegador no escapen al sistema.
Si necesitas control total sobre qué corre y qué no, AppLocker y App Control for Business permiten aplicar listas de permitidos por editor, huella, ruta o tipo de paquete. Además, puedes configurar AppLocker con reglas avanzadas para maximizar el control en entornos gestionados.
En Windows 11, Smart App Control añade bloqueo predictivo de apps no firmadas o de baja reputación.
El aislamiento de aplicaciones Win32 refuerza el modelo con límites de AppContainer y capacidades declarativas para que incluso apps clásicas se ejecuten con privilegios y alcance mínimos.
Identidades y credenciales: del PIN a las passkeys
Las contraseñas son el punto débil más explotado. Windows Hello y Windows Hello para empresas sustituyen contraseñas por biometría o PIN local enlazado al TPM, compatibles con FIDO2 y passkeys para autenticación resistente al phishing.
La Protección de la autoridad de seguridad local asegura que sólo código de confianza se cargue en procesos de autenticación, y Credential Guard aísla secretos en un contenedor VBS para evitar robo de credenciales, incluso ante malware con altos privilegios.
Para entornos remotos, Remote Credential Guard evita que credenciales se copien a equipos destino durante sesiones de Escritorio remoto. Es clave si saltas a máquinas menos confiables.
Windows 11 incorpora además políticas de bloqueo de cuenta por defecto frente a fuerza bruta y protección de tokens para vincular tokens a un dispositivo concreto, frenando su reaprovechamiento fuera del equipo autorizado.
Cifrado y protección de datos: BitLocker y algo más
BitLocker cifra la unidad del sistema y datos con AES y soporta TPM, PIN, tarjeta inteligente y recuperación. En equipos compatibles, el cifrado de dispositivo puede activarse automáticamente tras la primera puesta en marcha.
Para soportes extraíbles, BitLocker To Go protege USB y discos externos con contraseña o tarjeta inteligente. En hardware de autocifrado, Windows puede aprovechar cifrado acelerado por la unidad para mejorar rendimiento y consumo.
Windows 11 incorpora Cifrado de datos personales para que aplicaciones protejan contenido ligado a Windows Hello, ampliando la protección a carpetas conocidas del usuario como Documentos, Imágenes o Escritorio.
¿Ransomware y desastres Vence con estrategia 3 2 1: mínimo tres copias, en dos medios distintos y una fuera del equipo. Historial de archivos, copias de seguridad del sistema y OneDrive facilitan restaurar versiones y recuperar tras ataques.
Red, cifrado en tránsito y servicios
Windows prioriza protocolos modernos y seguros: TLS 1.3 por defecto y DTLS 1.2 para UDP, con suites fuertes y menos viajes de enlace. Esto aporta privacidad y menor latencia en conexiones cifradas.
El sistema soporta DNS cifrado mediante DoH y DoT, configurable por directiva para forzar resoluciones seguras con un resolver de confianza, encajando con modelos Zero Trust donde ya no se fía del perímetro.
En Wi Fi, WPA3 está totalmente soportado, incluida la suite Enterprise de 192 bits y EAP TLS con validación de servidor, más OWE para cifrado oportunista en redes abiertas.
El Firewall de Windows filtra tráfico entrante y saliente con reglas por programa, puerto, dirección o perfil, integra IPSec para comunicaciones autenticadas y ofrece trazas detalladas para auditoría y depuración.
SMB, impresión y periféricos: menos riesgo, más control
SMB en Windows 11 ha subido el listón de seguridad con firma obligatoria por defecto, cifrado fuerte y medidas anti abuso. Además, SMB sobre QUIC permite compartir archivos de forma segura en redes no confiables sin exponer puertos clásicos.
En impresión, la impresión protegida por Windows y la impresión universal modernizan la pila, eliminan drivers clásicos en cliente y reducen la superficie frente a exploits históricos de controladores.
Bluetooth y otros protocolos inalámbricos cuentan con directivas de endurecimiento para limitar perfiles aceptados, exigir cifrado y deshabilitar radios en entornos muy sensibles.
En dispositivos avanzados, Windows contiene ataques físicos DMA con aislamiento de memoria y monitoriza modos de firmware privilegiados como SMM, dificultando trampas por debajo del sistema operativo.
Gestión y hardening empresarial desde la nube
Con Microsoft Entra ID y Microsoft Intune puedes unir, inscribir y gobernar dispositivos con acceso condicional, MFA, líneas base de seguridad y configuración a golpe de política.
La Atestación remota con Azure Attestation valida estado de arranque y características de seguridad del equipo, y puede condicionar el acceso a recursos a que el dispositivo esté conforme, enlazándolo con cumplimiento en Intune.
Windows Autopilot y Autopatch automatizan aprovisionamiento y actualizaciones, y Windows Update para empresas orquesta despliegues con anillos y aplazamientos para introducir parches sin sorpresas.
Para privilegios locales, LAPS rota de forma automática la contraseña del administrador de cada equipo, almacenándola de forma segura y mitigando movimientos laterales por paso a hash.
Buenas prácticas imprescindibles contra malware y hackeos
- Actualiza siempre el sistema, drivers, firmware y aplicaciones. Los parches corrigen vulnerabilidades reales que los atacantes explotan en horas, no en semanas.
- Activa y mantén Microsoft Defender, con protección en tiempo real, nube, envío de muestras y protección contra alteraciones. Programa análisis y revisa eventos.
- Refuerza el Control de cuentas de usuario y evita trabajar con administrador salvo necesidad real. Menos privilegios, menos impacto. Puedes mejorar esto mediante gestionar la seguridad local con secpol.msc.
- Usa contraseñas robustas o, mejor, passkeys. Nada de reutilizar, ni datos personales. Si sigues con contraseñas, gestor de contraseñas y MFA siempre que puedas.
- Aplica el sentido común al navegar y comprar: verifica dominios, evita enlaces sospechosos, huye de adjuntos inesperados. HTTPS cifra el trayecto, no legitima el destino; mira la dirección con lupa.
Sandboxing del día a día y control de aplicaciones
Para probar utilidades o abrir adjuntos raros, tira de Windows Sandbox. El riesgo baja drásticamente si esa app no toca tu perfil ni el sistema real.
Si administras un parque de equipos, impón listas de permitidos con App Control for Business, y deja vivir sólo a lo que tu empresa necesita y firma. Menos azar, más gobernanza.
Apoya esa estrategia con Smart App Control en Windows 11 para bloquear ejecutables de baja reputación que se cuelan en el día a día.
En navegadores, aísla sesiones en Application Guard para que un cero día de la web no comprometa el equipo entero.
Copias, restauración y resiliencia frente a ransomware
Si el día se tuerce, la diferencia la marca tu plan de copias. Historial de archivos y OneDrive permiten volver a versiones anteriores y recuperar días completos tras un ataque.
Configura copias fuera de línea, copias incrementales y fuera de banda para que el ransomware no alcance todos tus backups; las copias incrementales reducen espacio y ventanas de recuperación.
En Windows 11, la recuperación de datos de ransomware en OneDrive ayuda a restaurar el estado previo en carpetas sincronizadas, reduciendo el daño y el tiempo fuera de juego.
Practica restauraciones de prueba. Un backup no probado es una esperanza, no un plan. Ensaya para no improvisar en caliente.
Código, cadena de suministro y calidad del sistema
Windows integra controles de firma de código e integridad en arranque, kernel y controladores. Sólo componentes firmados y aprobados deben ejecutarse, y hay listas de bloqueo para drivers vulnerables conocidos.
La plataforma avanza hacia más código seguro con Rust en áreas críticas del kernel, reduciendo fallos de memoria clásicos que tanto explotan los atacantes, y también se han observado fallos que permiten ejecutar aplicaciones sin permisos.
La cadena de suministro se refuerza con SBOM firmadas y mejora de procesos de ingeniería segura, auditoría, bug bounty y validaciones FIPS y Criterios Comunes en módulos clave.
Para los usuarios, esto se traduce en que las actualizaciones no son capricho: suben la barra de seguridad y corrigen vectores que ayer no existían y hoy sí.
Para equipos que siguen en Windows 10, ten en cuenta el final de soporte anunciado. Planifica migración a Windows 11 o soluciones de soporte extendido como actualizaciones de seguridad extendidas (ESU), especialmente si manejas datos sensibles o entornos regulados.
Con todo bien afinado, Windows 11 y Windows 10 ofrecen una plataforma muy sólida para trabajar y jugar sin sobresaltos. La clave está en combinar capas: hardware confiable, sistema endurecido, identidad sin contraseñas, apps controladas, red cifrada y copias listas. Con esa receta, los sustos se quedan en avisos y los incidentes en anécdotas controladas.


