El mundo de las consolas portátiles de última generación no deja de sorprendernos, y todo comenzó con la llegada de la Steam Deck. Aunque Valve tomó la delantera al ofrecer un dispositivo híbrido entre consola y PC, capaz de ejecutar juegos de la librería de Steam bajo un sistema operativo propio basado en Linux, no tardó en surgir una oleada de competidores. Algunas alternativas apuestan por la flexibilidad y la potencia del entorno Windows 11, abriendo la puerta a una experiencia de juego todavía más versátil. Hay mucho mito y mucha duda: ¿es realmente la Steam Deck la opción más sólida, o merecen la pena esas alternativas con Windows 11 que están llamando la atención?
En este artículo, te contamos de manera detallada y sin rodeos todo lo que debes saber sobre las posibilidades de instalar Windows en Steam Deck, los retos que ello implica, y repasamos en profundidad las alternativas más destacadas que ya incorporan Windows 11 de serie, con énfasis especial en la ASUS ROG ALLY. Si te estás planteando dar el salto al juego portátil en PC, aquí tienes la guía definitiva para conocer ventajas, inconvenientes, rendimiento y todos los aspectos técnicos y prácticos que te ayudarán a decidirte con criterio.
Steam Deck y Windows 11: ¿compatibilidad real o un dolor de cabeza?
La Steam Deck es mucho más flexible de lo que en principio podría parecer, sobre todo si la comparamos con consolas portátiles tradicionales como Nintendo Switch. A efectos prácticos, estamos ante un ordenador portátil diseñado para jugar, aunque su sistema operativo de fábrica es SteamOS, una distribución de Linux personalizada.
Instalar Windows 11 en Steam Deck es factible y algo que hacen muchos usuarios. Ahora bien, si hay que saber algunas cosas
¿Cómo se instala Windows 11 en Steam Deck?
El proceso de instalar Windows 11 en una Steam Deck no es muy diferente al de instalarlo en un PC cualquiera. Sólo hay que tener en cuenta que, para un rendimiento óptimo, necesita sus propios controladores, que no pueden ser descargados desde Windows Update.
Necesitaremos lo siguiente:
- Unidad USB o tarjeta SD: Para volcar la ISO de Windows y guardar los programas necesarios. Es importante que el USB sea tipo C o cuentes con un adaptador. La tarjeta SD debe ser UHS-I o superior para asegurar buena velocidad de transferencia.
- Ventoy, Rufus o cualquier programa para quemar ISOS: Ventoy permite arrancar varias imágenes ISO desde un medio externo sin necesidad de formatear. Es muy popular entre los entusiastas del «cacharreo». Rufus permite crear medios de instalación, y también crear un Windows To Go. Si os interesa, tenemos información relacionada en nuestro blog «primo» LXA.
- ISO oficial de Windows 11: Descargable desde la propia web de Microsoft. La activación no es obligatoria, pero ciertas funciones pueden estar limitadas.
- Drivers específicos: Valve proporciona los controladores compatibles desde su web oficial. Es fundamental tenerlos preparados antes de comenzar la instalación.
La instalación depende de si queremos hacerla en el disco duro o en versión To Go. Si lo que queremos es tener Windows 11 nativo, tenemos que:
- Creamos una unidad de instalación. Si elegimos Ventoy, sólo tenemos que descargar el software, crear una unidad Ventoy y, después, meter la ISO de Windwos 11 dentro; iniciará y podremos elegir que lo haga desde la ISO de W11. Si usamos Rufus o Etcher, entre otros, crearemos una unidad de instalación completa.
- Metemos la unidad de instalación en la Steam Deck. Si es una microSD, en su hueco. Si es un USB tipo C, en el puerto que también se usa para cargar.
- Iniciamos la Steam Deck en el modo de selección de unidad, lo que se consigue pulsando el botón de encendido junto al de volumen abajo.
- Elegimos la unidad de instalación para que inicie desde ella.
- Instalamos Windows 11 como lo haríamos en cualquier otro equipo.
- Por último, vamos a la página de soporte de Steam, donde ofrecen los drivers, los descargamos y los instalamos tal y como explican allí. Hay que tener en cuenta que en el momento de escribir este artículo hay versiones LCD (la primera) y OLED, y hay que elegir los drivers de nuestra Deck. También que es posible que dé error de descarga si se pone la página en un idioma diferente al inglés.
Principales problemas al instalar y usar Windows 11 en la Steam Deck
- Pantalla negra y bloqueos al arrancar: Uno de los fallos más frecuentes tras la instalación. En muchos casos, se debe a errores con la unidad USB, una imagen de Windows corrupta o problemas con el software Ventoy. También puede influir el tener periféricos conectados durante el arranque.
- Error 0x80300001 relacionado con particiones: Suele deberse a particiones mal creadas, sin formatear o erróneamente asignadas. No debería ocurrir si se ha elegido instalar Windows 11 en todo el disco duro sin retocar nada.
- Instalación de drivers: Si hay otros dispositivos USB conectados, el proceso de instalación puede fallar y dejar el sistema inservible temporalmente. Es recomendable desconectar todo excepto un teclado.
- Pérdida de SteamOS: Muchos usuarios se sorprenden al ver que tras instalar Windows, el sistema operativo original de la Steam Deck ha desaparecido del menú de arranque. Restaurarlo implica manipular la BIOS y ejecutar comandos de Linux, algo que no todo el mundo está dispuesto o capacitado para hacer.
- Controles que dejan de funcionar: Tras la instalación, es habitual que los controles no estén operativos hasta instalar Steam y sus controladores específicos. Arreglarlo requiere una configuración adicional, como instalar Handheld Companion.
¿Merece la pena? Depende de tus expectativas, conocimiento técnico y el uso que quieras dar al aparato. Si eres de los que disfruta trasteando y tienes claro cómo hacerlo, puede ser una alternativa interesante. Sin embargo, para la mayoría de los usuarios, los problemas potenciales superan los beneficios, y la recomendación generalizada es mantener SteamOS salvo que realmente necesites funcionalidad extra.
Alternativas con Windows 11: la llegada de nuevas consolas portátiles-PC
En los últimos meses, el mercado se ha llenado de nuevas opciones que, siguiendo la estela de Steam Deck, apuestan por un enfoque incluso más orientado al «PC en formato portátil». La gran diferencia es que muchas de ellas incorporan Windows 11 de serie y están pensadas para maximizar la compatibilidad con todo tipo de juegos y aplicaciones. Entre todas, la que más ha destacado y generado expectación es la ASUS ROG ALLY X, una máquina que ha dado mucho que hablar desde su lanzamiento.
ASUS ROG ALLY: La alternativa real con Windows 11 a Steam Deck
La ASUS ROG ALLY (captura de cabecera) supuso un auténtico revulsivo en el segmento de las consolas portátiles-PC. Sin esconder su inspiración en la Steam Deck, ASUS apostó por una propuesta más pulida en hardware, más potente y, sobre todo, con Windows 11 como sistema operativo nativo. Analizamos en profundidad todas sus características, rendimiento y posibilidades.
Primeras sensaciones y contenido de la caja
Al abrir la caja de la ROG ALLY, lo primero que llama la atención es el diseño ligero y bien equilibrado del dispositivo, que se siente más liviano y compacto que la Steam Deck a pesar de la diferencia de tamaño con consolas como Nintendo Switch. Pesa unos 70 gramos menos que su principal competidora (608 gramos en total), pero su peso está muy bien distribuido, lo que la hace especialmente cómoda en partidas largas.
Dentro de la caja se incluye lo básico: la consola, un cargador de 65W y dos panfletos (garantía e inicio rápido). No trae funda, a diferencia de la Steam Deck, aunque sí incluye un sencillo soporte para mantenerla en posición vertical, lo que puede venir bien para consumir contenido multimedia o jugar en modo cooperativo con mandos Bluetooth, pero poco más.
Diseño, controles y ergonomía
La carcasa, de color blanco y líneas modernas, destaca por su tacto agradable y la textura de la parte trasera para mejorar el agarre. Los cantos laterales combinan diferentes ángulos y acabados, pensados para adaptarse cómodamente a todo tipo de manos. En cuanto a los controles, resulta muy fácil alcanzar cualquier botón o stick, y la disposición es similar a la de otros mandos de Xbox. Dispone de cuatro botones de acción frontales (A, B, X, Y), dos sticks analógicos, cruceta de base redonda y cuatro gatillos superiores (dos de ellos analógicos). No utiliza sticks Hall Effect, por lo que a la larga puede aparecer el temido “drift”, aunque ASUS asegura que serán fácilmente reemplazables.
Incluye botones «Vista» y «Menú», además de dos botones específicos para acceder a funciones únicas del software de ASUS (Armoury Crate SE y Centro de Comando). También hay dos botones traseros programables, que aunque son menos que en la Steam Deck, permiten personalizarlos como teclas o atajos de ratón. Lo único que se echa de menos es un trackpad integrado como el de la Steam Deck, que facilita la navegación en Windows 11 sin ratón externo.
Un punto diferenciador es la facilidad para acceder y reemplazar la unidad SSD M.2 2230 PCIe Gen 4 interna para aumentar la capacidad hasta 2 TB, algo que puede resultar muy útil a largo plazo para quienes no quieren depender solo de tarjetas microSD.
Pantalla: un salto de calidad frente a la competencia
Uno de los puntos que más ha sorprendido a los usuarios y a la prensa especializada es la pantalla LCD de 7 pulgadas con resolución 1080p y una tasa de refresco de hasta 120Hz, superando en claridad y fluidez a la Steam Deck (que limita a 1280×800 y 60Hz).
El brillo alcanza 500 nits, lo que permite jugar cómodamente incluso en exteriores y minimiza los reflejos gracias al vidrio Corning Gorilla DXC. El aprovechamiento del frontal es excelente, con marcos muy reducidos y un formato 16:9 pensado para evitar bandas negras en la mayoría de juegos modernos.
Destaca también la respuesta táctil, con 10 puntos de detección simultánea. Supera ampliamente la precisión de la Steam Deck, especialmente en menús y a la hora de usar el teclado virtual. El único inconveniente es que, por defecto, la letra puede resultar algo pequeña para tareas como la primera configuración de red Wi-Fi, aunque esto se soluciona fácilmente conectando la consola a un monitor externo mediante un hub USB-C y usando teclado y ratón convencionales.
Software: Windows 11, Armoury Crate SE y Centro de Comando
El gran salto de la ROG ALLY es que funciona como un PC completo desde el minuto uno gracias a Windows 11. La configuración inicial es idéntica a la de cualquier portátil o sobremesa actual: basta con una cuenta de Microsoft (o asociar una existente), y no hay grandes misterios. Si eres usuario habitual de Windows, te sentirás como en casa.
Puedes instalar cualquier launcher de juegos (Steam, Epic Games, Xbox, Ubisoft Connect, EA App, GoG, etc.), así como el resto de aplicaciones y herramientas de trabajo habituales. Esto la convierte en una opción muy apetecible para quienes buscan algo más que una consola: también puedes trabajar, ver películas, navegar o lo que se te ocurra, con la única limitación del tamaño de pantalla.
Para mejorar la experiencia, ASUS incluye sus propias capas de software:
- Armoury Crate SE: Un centro de control que unifica toda tu biblioteca de juegos (sin importar el launcher al que pertenezcan), permite lanzar títulos desde una interfaz optimizada para portátil, configurar controles, ajustar perfiles de pantalla y modificar la iluminación de los sticks.
- Centro de Comando: Permite cambiar rápidamente el brillo, la tasa de refresco, monitorizar el rendimiento, lanzar el teclado virtual y crear o cargar perfiles de control. Cada juego puede tener su propio perfil, aunque de momento solo afecta a controles (no a gráficos o pantalla).
Todo este software se ejecuta automáticamente al arrancar (aunque puedes desactivarlo si lo prefieres). ASUS ha hecho un esfuerzo para que la experiencia sea lo más plug&play posible, aunque todavía queda margen de mejora en cuanto a opciones avanzadas y optimización de algunos menús.
Una de las desventajas actuales es que no se puede mover fácilmente la ubicación de juegos entre diferentes unidades de almacenamiento, algo que sí permite la Steam Deck desde hace un tiempo. ASUS promete mejoras con futuras actualizaciones para pulir estos aspectos.
Rendimiento: ¿De verdad está por encima de Steam Deck?
La ROG ALLY incluye procesadores AMD Ryzen Z1 o Z1 Extreme (según versión), y pese a que ambos son potentes, la variante Z1 Extreme es la que realmente se desmarca del resto. ¿Y qué tal mueve los juegos? Pues sorprendentemente bien.
- Juegos AAA como Forza Horizon 5, Hogwarts Legacy o Resident Evil 4 Remake pueden ejecutarse a 1080p con tasas de refresco de 60fps cuando la consola está conectada a la corriente y en modo turbo. En modo batería, la cifra baja algo, pero siguen siendo cifras sorprendentes para un dispositivo portátil.
- Cyberpunk 2077 se mueve entre 40 y 45fps con la calidad en bajo y modo turbo, lo cual es muy meritorio para su tamaño. Algunos títulos indie como Hollow Knight, Hades o FIFA 22 pueden ir a 1080p y 120Hz sin problemas.
- Eso sí, la calidad gráfica suele estar entre media y baja (en comparación con un sobremesa de gama alta), pero en una pantalla de 7 pulgadas los resultados son suficientemente espectaculares.
El rendimiento aumenta si juegas con el cargador conectado, una diferencia que no está presente en la Steam Deck. Ante juegos exigentes, se nota ese extra de potencia y la experiencia general es más estable y satisfactoria.
En cuanto a la gestión térmica, el sistema de doble ventilador logra mantener el dispositivo bastante silencioso, incluso en sesiones largas. En ciertos modos, especialmente el turbo y conectado a la corriente, puede llegar a calentar más, pero subiendo manualmente las revoluciones de los ventiladores puedes controlar la temperatura sin mayor problema.
La batería puede ofrecer cerca de dos horas de juego a 1080p y 60fps en títulos exigentes, superando ligeramente la autonomía de la Steam Deck en condiciones similares. Además, cuenta con carga rápida: en aproximadamente una hora tendrás la consola completamente cargada y lista para seguir jugando.
Problemas detectados en pruebas reales
Aunque la ASUS ROG ALLY se muestra sólida y bien diseñada, durante las primeras pruebas se han detectado algunos problemas menores relacionados sobre todo con el software:
- En algunas ocasiones, la pantalla táctil deja de funcionar tras conectar docks, discos duros u otros periféricos (algo que también sucede con tabletas Surface de Microsoft). La solución pasa por deshabilitar y volver a habilitar el dispositivo desde el administrador de Windows.
- Armoury Crate SE puede experimentar cierres inesperados o lags al abrir juegos o al alternar entre menús. En situaciones extremas, la única salida es reiniciar la consola para que todo vuelva a la normalidad.
- Tras alcanzar temperaturas elevadas, la salida HDMI puede perder calidad de imagen temporalmente hasta que la consola se enfría.
- Problemas de autonomía en la versión original, debido a su mayor potencia. En la versión X mejoraron en este apartado.
Pero salvo estos detalles, no se han detectado fallos críticos. El software mejorará con actualizaciones y, pese a todo, la experiencia de juego y navegación general es satisfactoria.
Opciones de expansión y accesorios
La facilidad para ampliar la unidad SSD interna es un punto clave para quienes buscan más espacio a medio plazo. Puedes instalar una SSD M.2 2230 de hasta 2 TB sin afectar al rendimiento y con un procedimiento de desmontaje sencillo (aunque, de momento, no se sabe cómo afectará a la garantía).
Aparte, puedes recurrir a tarjetas microSD UHS-II de hasta 1 TB para ampliar almacenamiento de manera económica y rápida. Las diferencias en los tiempos de carga respecto al SSD interno son mínimas (normalmente, no superarás los dos segundos de demora).
La conexión USB-C permite acoplar discos duros externos, y hay un puerto propietario compatible con el accesorio ROG XG Mobile, un dock avanzado que añade puertos extra y una tarjeta gráfica dedicada (hasta una RTX 4090 de portátil), llevando la experiencia a un nivel de sobremesa completo. Evidentemente, esto no es barato y está enfocado a quienes quieren tenerlo todo en uno.
¿Qué le falta (por ahora) a la ASUS ROG ALLY?
Pese a todo lo que ofrece, la ROG ALLY tiene margen de mejora:
- Un modo de pantalla a 40Hz ayudaría en juegos que no alcancen los 60fps estables, permitiendo optimizar la autonomía y la percepción de fluidez.
- Mayor personalización en el control de los ventiladores, sin depender de perfiles predefinidos.
- Posibilidad de mover juegos fácilmente entre unidades de almacenamiento, igual que ya permite Steam Deck.
- Mejor gestión de perfiles de usuario y optimización para Windows 11, con modos que permitan configurar todos los parámetros de manera centralizada y sencilla.
Conociendo el ritmo de actualizaciones de ASUS y de Microsoft, seguro que muchas de estas carencias se solucionarán a corto o medio plazo.
Comparativa de ASUS ROG ALLY, Steam Deck y otras alternativas
La competencia no se limita a ASUS y Valve. Existen otros fabricantes, como GPDWin, que también han lanzado dispositivos portátiles con Windows y buenas cifras de rendimiento. Sin embargo, ninguno ofrece de momento una combinación tan equilibrada de potencia, batería, calidad de pantalla y experiencia de usuario como la ROG ALLY.
En términos de precio, la variante Z1 Extreme se sitúa en 799 euros, lo que la coloca entre la Steam Deck (sensiblemente más barata, aunque con menos potencia y pantalla inferior) y otras alternativas chinas de coste mucho más elevado.
Calibración y configuración de mandos en Windows 11: saca el máximo partido a tu experiencia portátil
El uso de mandos en Windows es uno de los grandes atractivos de estas consolas-PC. Pero, ¿qué ocurre cuando el mando no responde como debería? La calibración es una parte fundamental para asegurar una experiencia de juego óptima, y te explicamos cómo puedes hacerlo paso a paso en cualquier dispositivo con Windows 10 u 11.
¿Cuándo conviene calibrar un mando?
El síntoma más evidente de que un mando necesita calibración es volver loco el personaje o la cámara estando el mando quieto, o que el movimiento en pantalla no corresponde a lo que hacemos con los joysticks. En otras palabras, si notas comportamientos extraños, es momento de revisar los parámetros de calibración.
La calibración solo afecta al ordenador en el que se realiza: es Windows quien guarda los parámetros de ajuste. Si reinstalas Windows o conectas el mando a otro equipo, tendrás que repetir el proceso. Los mandos profesionales que guardan perfiles de usuario son una excepción.
Siempre es recomendable realizar la calibración con el mando conectado por cable para obtener los valores más precisos posibles, aunque también se puede hacer de forma inalámbrica si es necesario.
Cómo calibrar un mando en Windows 11
- Desde el propio Windows: Usando la función «Dispositivos de juego». Basta con buscar esa opción, seleccionar el mando, hacer clic en propiedades y usar la pestaña de configuración/calibrar. El proceso te pedirá dejar los mandos quietos, mover los sticks en círculos y volver a dejarlo parado. Esto sirve para que el sistema identifique el rango de movimiento real y ajuste los limites correctamente.
- Con Steam: Si vas a jugar principalmente en Steam, su plataforma incluye herramientas avanzadas para calibrar todo tipo de mandos, crear perfiles personalizados y ajustar los puntos muertos de los joysticks y los gatillos. Activa el modo “Big Picture” para un acceso sencillo y centralizado.
- Aplicaciones de terceros: Mandos genéricos, baratos u OEM, así como algunas marcas especializadas (Nacon, Razer, etc.), ofrecen sus propios programas de personalización y calibración, permitiendo hasta el más mínimo ajuste de botones, sensibilidad y zonas muertas de los gatillos y joysticks. Estas aplicaciones suelen estar disponibles en las webs oficiales de cada fabricante.
Programas recomendados para calibrar y ajustar mandos en Windows 11
- Accesorios de Xbox: Gratuito desde la Microsoft Store, permite modificar perfiles, reasignar botones y actualizar firmware en mandos de Xbox One y Series.
- Razer Controller Setup for Xbox: Especialmente pensado para mandos Razer, permite gestión avanzada de perfiles y personalización de colores, vibración y efectos de iluminación. Permite configurar hasta 4 mandos individualmente.
- Game Controller Tester: Aplicación gratuita pensada para diagnosticar errores de hardware en botones o sticks, compatible con mandos de PlayStation, Xbox y otros modelos genéricos.
- DS4Windows: Imprescindible para quienes quieren usar mandos Bluetooth que no sean de Xbox (DualShock, DualSense), permitiendo configuración detallada y gestión de colores LED, aunque solo está en inglés.
Además, la mayoría de juegos hoy en día ofrecen opciones internas para ajustar sensibilidad, zonas muertas y remapeo de botones, lo que te permite afinar cada título según tus preferencias.
¿Qué ocurre si calibras mal un mando?
La buena noticia es que todas las configuraciones de calibración pueden revertirse. Si el mando es profesional y guarda los perfiles en su memoria interna, bastará con resetearlo desde su software oficial. Si es un mando sencillo, simplemente repite el proceso de calibración en Windows o el propio juego, y todo volverá a funcionar como el primer día.
En caso de seguir teniendo problemas tras calibrar, puede ser síntoma de fallo físico en el mando (drift, desgaste, roturas, etc.), en cuyo caso tendrás que considerar reparación o sustitución, dado que las soluciones de software poco pueden hacer frente a desperfectos mecánicos.
Evita fallos y consigue la mejor compatibilidad en Windows 11
- Usa mandos de fabricantes reconocidos, especialmente si quieres evitar dolores de cabeza y contar con buen soporte de configuración y calibración.
- Desconecta otros periféricos Bluetooth e intenta usar puertos USB directos a placa en lugar de hubs compartidos para garantizar una alimentación óptima de energía.
- Conecta el mando por cable para calibrar y actualizar firmware, incluso si lo vas a usar inalámbricamente después.
- Si detectas fallos, prueba con varios juegos para descartar incompatibilidades antes de dar por muerto el mando.
¿Y los mandos DualSense de PS5 en PC?
Los mandos de PS5 ofrecen tecnología DualSense, con vibración háptica y gatillos adaptativos, que algunos juegos de PC soportan de manera nativa. Para aprovechar todas sus funciones en Windows 11, lo mejor es desactivar la configuración de mando de PlayStation en Steam si vas a jugar a títulos compatibles que gestionan estas tecnologías de manera directa. Si no lo haces, Steam usará su propio driver y perderás parte de la experiencia.