El comando sudo en Linux es una herramienta que da acceso a ejecutar una serie de acciones privilegiadas para las que es necesario tener permisos de administrador o superusuario. Ahora, Windows está integrando este comando para permitir ejecutar tareas en modo administrador desde su consola.
Vamos a ver qué implica realmente este comando y cómo podemos usarlo en Windows 11. Así, aunque nunca hayas usado Linux, podrás sacarle partido a uno de sus comandos más populares. Pero recuerda que para operar con el sistema operativo siempre hay que hacerlo con precaución.
¿Qué es y para qué sirve el comando sudo?
Sudo en Linux es una herramienta que da acceso a comandos con privilegios elevados para los que se requieren permisos de administrador o superusuario. De hecho, su nombre deriva de “superuser do”.
En Linux, el usuario que tiene permisos de administrador tiene un control total sobre el sistema. Puede realizar tareas como:
- Ordenar cambios críticos.
- Instalar o eliminar software.
- Modificar archivos de configuración del sistema.
El comando sudo permite a un usuario normal asumir de forma temporal y controlada ciertos privilegios. Por ejemplo, si un usuario quiere instalar un nuevo paquete de software, puede usar sudo para obtener los permisos para llevar a cabo esta acción.
El comando sudo es de uso habitual en entornos Linux, porque consigue un buen equilibrio entre la necesaria seguridad y la conveniencia de que quienes no son superusuarios puedan realizar algunas tareas administrativas en el sistema. Por eso, para tener acceso al mismo, es necesario contar con una clave o contraseña.
Cómo usar el comando sudo en Windows
Windows se mantuvo durante mucho tiempo como un sistema operativo muy independiente. Ignorando las funcionalidades de herramientas propias de sistemas operativos basados en Unix como lo es Linux. Pero su estrategia ha cambiado en los últimos años.
De un tiempo a esta parte, ha mostrado mayor interés por ser compatible con algunas de las herramientas de Linux. Esto explica que el comando sudo esté a punto de llegar a Windows 11.
Cambiar de usuario en Linux a uno superusuario es bastante accesible gracias a este comando del que estamos hablando, pero en Windows resulta algo más complicado. Quien no es el administrador del sistema, lo tiene difícil para hacer ciertos ajustes.
En la actualidad, para ejecutar comandos en modo administrador en Windows, tenemos que iniciar el equipo en modo administrador. Una vez que el comando sudo esté operativo, podremos empezar sesión como usuario normal, y ejecutar los comandos necesarios en modo administrador cuando nos haga falta.
No es algo que los usuarios normales y corrientes vayamos a utilizar con mucha frecuencia. Si trabajas con tu ordenador personal eres el propio administrador y puedes hacer cambios sin problema. Para abrir una ventana de comandos no tienes que complicarte mucho la vida.
Si utilizas un ordenador de la empresa, tienes al soporte informático a tu disposición si necesitas instalar o borrar algo. Por eso, esta funcionalidad está orientada más bien a los desarrolladores, que están acostumbrados a ejecutar comandos en sistemas basados en Unix.
¿Cuál es la clave de sudo?
Un concepto fundamental que debemos tener en cuenta cuando hablamos de comando sudo es el de clave. Se trata de la contraseña del usuario que quiere tener acceso a ejecutar privilegios elevados usando sudo.
Es la misma contraseña que ese usuario tiene para iniciar su sesión, no existe una clave específica para sudo.
Cuando una persona ejecuta un comando utilizando sudo, el sistema le va a pedir que ingrese su contraseña. Esta medida de seguridad busca garantizar que el usuario tiene permiso para ejecutar un determinado comando.
Si la contraseña es correcta, el sistema la va a recordar de forma temporal y permitirá que este haga la tarea que quería hacer. Pasados unos minutos, si no se han terminado de ejecutar los comandos privilegiados, se volverá a solicitar la clave.
Precauciones al utilizar el comando sudo
A la hora de utilizar este comando en Linux, o en su versión de Windows, es importante tener en cuenta una serie de precauciones.
Comprender lo que hace sudo
Antes de ejecutar un comando de este tipo hay que comprender bien qué es lo que hace y cómo puede afectar al sistema. Esto evitará accidentes.
Si no tienes claro cómo funciona, o las consecuencias que puede tener una determinada acción ejecutada con permisos de administrador, no la hagas. Pide ayuda a los expertos, que para eso están.
Verificar la autenticidad de los comandos
Si utilizas comandos procedentes de fuentes externas, como scripts de terceros, asegúrate de comprobar su autenticidad y su seguridad antes de ejecutarlos con sudo.
En líneas generales, nunca deberías instalar nada en tu ordenador si no confías en su origen. Esto te vale tanto cuando actúas como administrador como cuando lo haces como usuario.
Abstente de copiar y pegar comandos que hayas obtenido directamente de sitios web o de foros si antes no has logrado la debida verificación. Estos entornos pueden estar llenos de comandos maliciosos o incorrectos que tienen capacidad para causar un daño grave al sistema operativo.
Revisar la sintaxis de los comandos
Antes de ejecutar un comando sudo revisa bien su sintaxis por si hubieras cometido algún error de escritura. Esto es importante, porque un pequeño fallo puede provocar acciones no deseadas de consecuencias inesperadas.
Limitar el uso de sudo
En la medida de lo posible, no abuses de este comando. Recurre a él solo cuando sea realmente necesario. Así reduces el riesgo de que se produzcan errores y de que el sistema pueda resultar dañado.
Revisar el historial de comandos
Una vez que hayas ejecutado comandos sudo revisa el historial, para verificar las acciones realizadas y comprobar que no hay actividades sospechosas o que no hayan sido autorizadas.
El comando sudo llega a Windows 11 y nos va a abrir una ventana de oportunidades para realizar cambios en el sistema operativo. Pero no debes lanzarte a utilizar esta funcionalidad si realmente no entiendes bien de qué se trata. Incluso si eres experto en la materia, ten en cuenta los consejos que hemos visto, para disminuir los riesgos de que algo salga mal.