Una situación que puede ocurrir en algunas ocasiones cuando estamos trabajando con el PC y que puede resultar molesta y desconcertantes es cuando el monitor se apaga solo. La pantalla se queda en negro, a pesar de que el ordenador no se ha apagado y sigue funcionando con normalidad. Lo primero que nos viene a la cabeza cuando esto sucede es que nuestro monitor ha llegado la final de su vida útil y no queda más remedio que reemplazarlo por uno nuevo.
Pero antes de llegar a este extremo, vale la pena intentar otras soluciones. La mayoría de las veces es bastante sencillo arreglar el problema de un monitor que se apaga solo, sin previo aviso, o que funciona de manera errática. En este post vamos a analizar cada una de las situaciones con las que nos podemos encontrar, así como las soluciones posibles a cada problema.
Muchas veces, antes de llegar a la situación que se describe en el título, nuestro monitor nos va dando avisos de mal funcionamiento: la pantalla parpadea o se queda en negro durante unos breves instantes. Cuando estos síntomas empiezan a aparecer, sabemos que ha llegado la hora de actuar.
Revisar las conexiones
Lo primero que hay que hacer, por muy obvio que parezca, es revisar que el cable de alimentación del monitor está bien conectado. Muchas veces, al mover el monitor o cambiar la posición de nuestro PC sobre el escritorio, los cables se quedan enredados o se estiran, pudiendo llegar a desconectarse. Ahí puede estar el motivo de que el monitor se haya apagado: no hay conexión.
Otra situación con la que podemos encontrarnos es que el cable esté bien conectado, pero se encuentre tan deteriorado que ya no cumpla con su función como es debido. Eso puede dar lugar a fallos de conexión puntuales, parpadeos de pantalla, etc. La solución: sustituir el cable dañado por uno nuevo.
Lo mismo podemos decir acerca del cable de vídeo (que puede ser DisplayPort, HDMI, DVI o VGA). Si este está bien conectado y aun así la pantalla se queda en negro, hay que considerar cambiar de puerto o adquirir un cable nuevo.
Comprobar la configuración
Lo primero que hay que hacer, aunque solo sea para descartar alguna de las causas más frecuentes, es comprobar que la configuración del dispositivo es correcta, es decir, averiguar si el monitor está correctamente configurado y no están activadas las opciones de apagado automático. Muchas veces, el monitor se apaga solo «obedeciendo» las instrucciones que se le han dado.
Llevar a cabo esta verificación y aplicar una nueva configuración es relativamente sencillo. Esto es lo que debemos hacer:
- Para empezar, vamos al Panel de Control de nuestro PC.
- Desde allí, accedemos a las Opciones de Energía.
- A continuación, hacemos clic en la opción de «Cambiar la configuración del plan».
- En la siguiente pantalla que se abre, vamos al apartado «Apagar la pantalla» y seleccionamos «Nunca».
- Finalmente, para guardar la nueva configuración, pulsamos en «Guardar cambios».
Otra comprobación que deberíamos realizar es la de la frecuencia de refresco. Por ejemplo, si nuestro monitor trabaja a 60 Hz, pero lo tenemos configurado a otra frecuencia, se producirán fallos de funcionamiento: el monitor se apaga solo, la imagen no se puede visualizar bien, etc. Para realizar esta comprobación estos son los pasos a seguir:
- Primero hacemos clic con el botón derecho en el escritorio y, en el cuadro que se abre, seleccionamos «Configuración de pantalla».
- Después vamos a «Configuración de pantalla avanzada».
- En la siguiente pantalla se muestra la configuración, que incluye el dato de la frecuencia de refresco. Si esta no coincide con la del monitor, podemos ajustarla eligiendo el valor correcto en el desplegable de «Frecuencia de actualización».
Para conocer el dato de la frecuencia de refresco del monitor de nuestro PC, en el mismo paso 3 podemos pulsar «Mostrar las propiedades de adaptador de pantalla» y desde allí ir a la pestaña Monitor, donde hallaremos el valor que estamos buscando.
Actualizar los drivers
Si las soluciones anteriores no han dado resultado y los problemas continúan, es una buena idea intentar actualizar los drivers del monitor o de la tarjeta gráfica. Si usamos Windows 10 o Windows 11, esta es una operación que se ejecuta de forma automática, aunque para estar más seguros (tal vez estén desactivadas las actualizaciones automáticas) podemos hacerlo de forma manual. Este es el modo de hacerlo:
- En primer lugar, vamos al cuadro de búsqueda de la barra de tareas. Allí escribimos «Administrador de dispositivos» y hacemos clic sobre el icono correspondiente.
- Después vamos seleccionamos una categoría para ver los nombres de dispositivos. En nuestro caso, «monitor» o «tarjeta gráfica». Luego hacemos clic con el botón derecho en el controlador que queremos actualizar.
- A continuación, elegimos la opción «Buscar automáticamente software de controlador actualizado».
- Por último, una vez que lo hemos encontrado, seleccionamos «Actualizar controlador».
En el caso de que Windows no pueda encontrar un controlador nuevo, siempre se puede intentar buscar uno en el sitio web del fabricante del dispositivo. Después solo hay que seguir las instrucciones para su actualización.